Publicidad

Antonio Pinzón: poeta revolucionario

Luis I. Sandoval M.
22 de marzo de 2016 - 04:12 a. m.

Para celebrar sus 95 años, quien fuera oficial del ejército colombiano en la infantería y la marina y comandante civil de aeronave (Avianca), Antonio Pinzón Sarmiento, lanzó el libro Indoamérica Continente de la Esperanza.

Ello da idea de la vitalidad y fecundidad intelectual de este hombre, militante de la democracia revolucionaria, escritor y poeta, nacido en Toca, Boyacá, el 13 de febrero de 1921.

Asomarse a la vida de Antonio, a quien conocí a comienzos de los 70, es fascinante. Importante hoy, en la coyuntura de la paz, que la sociedad colombiana perciba que quienes han acariciado un ideal revolucionario no son monstruos bárbaros sino, en muchos casos, humanistas de hondo calado y personalidades excepcionales. Grandes hombres y grandes mujeres son las que han protagonizado las revoluciones históricas.

Pinzón se retiró del Ejército en 1947, a los 26 años, “por no estar de acuerdo con la represión inhumana y violenta que ejercían las Fuerzas Armadas contra el pueblo”, lo dice él mismo. En un momento de su formación, en Chile, le correspondió compartir aula con quien sería, décadas más adelante, el victimario de Salvador Allende y temido dictador, Augusto Pinochet Ugarte.

Con su esposa, Yolanda Alameda, hermosa y aguerrida, militaron en el Partido Comunista y fueron críticos de su dirección. A partir de 1959 contribuye a la formación de cuadros políticos con escritos como La Naturaleza de la Revolución Colombiana (1959), Reformismo Burgués o Reformismo Popular (1960), Dos tendencias (1961), Democracia Burguesa o Democracia Revolucionaria (1974), Cuál Nuestro Camino (1978), A Través de la Tormenta (2011) y ahora (2016) el que mencioné arriba.

En alusión a Yolanda, el amor de toda su vida, canta el poeta: ¡Somos llama, fuego y armonía;/ llama encendida sobre la fértil tierra./ Fuego que abraza el paso de la vida,/ Armonía que canta y nos aniega!/ ¡Qué hermosa es Adriana!. Cuatro hijos, dos hombres y dos mujeres, son el fruto del amor y la esperanza revolucionaria.

De Antonio Pinzón, como del Che Guevara y de Camilo Torres, puede decirse que es un hombre que actúa como siente y piensa, aunque no haya tenido una figuración pública fulgurante como ellos. No se lo propuso. Reciedumbre en su carácter y convicción política de la cual da testimonio un viejo amigo mío y de Antonio y Yolanda con estas palabras: “la vida de los hombres que se han entregado a un ideal humano, cualquiera que él sea, debe ser examinada, no resaltando sus triunfos grandes o pequeños, ni sus derrotas cortas o duraderas, sino ante todo valorar si sus ejecutorias son coherentes al ideal griego de cómo debemos vivir, es decir a la ética que guía los actos personales, sociales y políticos de los individuos. Esa es la verdadera realidad del ser humano…” (J.Galarza).

Antonio es clásico y ortodoxo en su enfoque del quehacer político revolucionario: partido, ejército y frente. Su visión no se reduce al ámbito nacional sino que otea todo el paisaje latinoamericano, “considera que en las condiciones de crisis, social, económica, moral y política que viven nuestras naciones, debe surgir un nuevo género literario que mitifique la historia. Solo así se forjará una literatura monumental que sacuda el alma de nuestros pueblos”.

“Oidlo bien! Amamos a esta nación/ y no deseamos que nuestra barca/ navegue en ríos de sangre!/ Pedimos el derecho a la vida/ y advertimos: Ay de aquellos/ que detrás de palabras de esperanza/ ocultan el hierro letal/ con que van a herir a su pueblo/ porque los condenará la historia”. Lucidez impresionante. Antonio no pertenece al pasado sino al presente y al futuro.

@luisisandoval
 

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar