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Apretadísimo

Iván Mejía Álvarez
26 de abril de 2016 - 04:38 a. m.

No es común que en una fecha cinco de los seis punteros pierdan o empaten y la tabla se apriete. El líder Rionegro cayó con Medellín, mientras que Nacional, con nómina mixta, cedió los puntos ante Tuluá y Santa Fe fue derrotado por el colero Alianza Petrolera. Júnior y Millos tan sólo igualaron. Los dos grandes beneficiados de la jornada fueron Medellín y Cali. Las consecuencias del fin de semana antifavoritas están a la vista. Cuatro equipos parecen definidos: Rionegro, Nacional, Millos y Júnior, mientras que Medellín y Santa Fe tienen una ligera ventaja, y flotan entre los líderes y los que pelean séptimo y octavo lugar. Y a partir de allí el campeonato encuentra una lucha partido a partido entre Tuluá, Cali, Pasto, Patriotas, Once Caldas y Tolima. Sólo cuatro y tres puntos de ventaja los separan y todavía queda mucho en juego.

Inmerso en Copa Libertadores, Nacional flaquea en las últimas fechas y ha perdido la contundencia y el fútbol demoledor de las primeras jornadas. Ya no combinan tan bien los de arriba y el nivel de Ibarbo y Marlos ha disminuido sensiblemente. Es más, contra Huracán tendrá que volver a su mejor nivel para superarlo, pues los argentinos en el último partido les tomaron la medida e impidieron la campaña perfecta de los antioqueños.

A pesar de su derrota, Rionegro dejó por largos pasajes constancia del buen trabajo de Otero. Equipo aplicado, con bloques de espera, presiones cortas, buenos repliegues y desdoblamientos. La soledad de Páez es manifiesta y, cuando el técnico decidió darle compañía quedó claro que también atacando puede ser importante. Los 30 puntos que tienen no se los han regalado, se los han ganado y es mejor tenerle respeto.

Medellín deja la imagen que no redondea, se queda a media marcha, gana pero no satisface. Su victoria fue justa y en cinco minutos en que le llegó la “pálida” a Rionegro, expulsión de Álvarez, gol de Arias y penalti sobre este mismo, los de Leonel ratificaron su mejor trabajo en la inicial. Queda esa imagen de que todavía puede dar más, que guardan gasolina, que les falta intensidad porque fútbol y jugadores tienen.

Millonarios rescató el empate en el minuto 96 con tiro libre de Henao, pero se cansó de dilapidar opciones de gol. No fue el gran partido azul, pero tampoco merecía perder por volumen de juego y posibilidades reales de gol que malograron en los noventa minutos. De todas formas, Israel ha logrado una mecánica defensiva y este equipo hoy se defiende con conceptos tácticos claros y trabajados.

El campeonato está que arde. Todavía quedan muchas emociones, sin sabores y alegrías en el camino.

 

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