¿Cárcel para evasores de impuestos? ¡Qué horror!

Uriel Ortiz Soto
18 de enero de 2017 - 02:00 a. m.

Es injusto amenazar a los evasores de impuestos con cárcel, cuando en realidad, tal desidia, radica en que sus tributos son utilizados en gran parte, para reponer los dineros que se roban los corruptos.

Esperamos que en el 2017 la guerra frontal contra la corrupción sea de verdad, eso de amenazas con cárcel para los evasores de impuestos, no deja de ser un exabrupto, para hacerlo lo primero que hay que hacer es depurar la administración pública de tanto delincuente de cuello blanco, dándole confianza al contribuyente, que sus dineros van a ser invertidos adecuadamente. 

La opinión pública continúa esperando los resultados de las investigaciones sobre: Isagen, Interbolsa, el desfalco a la salud, el descalabro de cientos de obras de infraestructura donde finalmente se convierten en elefantes blancos, puesto que los contratistas se esfumaron con los presupuestos asignados, estos son unos pocos casos entre los miles que se investigan, pero que finalmente mueren en los estrados judiciales por vencimiento de términos.

Si se hace un balance de cuanto pierde el país anualmente por casos de corrupción, estoy absolutamente seguro que serán decenas de billones de pesos, eso sin delatar las obras de infraestructura que se quedan inconclusas no solamente en los municipios, sino en los diferentes departamentos, pero, también tenemos que agregarle a esto, el saqueo que se ha presentado con la alimentación de los niños, y de los que se están muriendo por casos desnutrición, puesto que los dineros para estos programas han ido a parar al bolsillo de contratistas y funcionarios corruptos.

Como lo hemos manifestado en artículos anteriores: “don corrupto” nos ganó la partida y este nefasto personaje hay que simbolizarlo como bandera de lucha contra la corrupción, no es exagerado decir que está invadiendo la administración pública en todos los niveles y órdenes de la vida nacional, partiendo desde los municipios y departamentos, hasta llegar a las altas cumbres del poder como en el caso de Odebrech, que está estremeciendo al País y al Mundo. 

La corrupción en nuestro país está tan tecnificada, que existe un lenguaje cifrado con señas y mañas, para que el funcionario, contratista o beneficiario de turno, se entiendan en términos abstractos; para traducirlos hay que tener la pericia de todo un galimatías experto en descifrar entuertos y peculados, muchas veces la astucia de los funcionarios y contratistas corruptos es tan contundente que las investigaciones judiciales en su contra, fracasan, o los expedientes son archivados por vencimiento de términos, puesto que las pruebas son tan difíciles de recaudar puesto que se han borrado todas las evidencias.

Debemos entender que la evasión de impuestos no va sola, va acompañada de toda una corte de corrupción, cuyas primeras señas se encueran en la Dian,- no queriendo decir que todos los funcionarios lo son-, donde hay expertos en borrar cuentas de los contribuyentes, en engavetar o en desaparecer expedientes que se siguen a los contribuyentes evasores, casos como estos, los han denunciado respetables medios de comunicación y varios funcionarios han ido a parar a la cárcel.

Para que la evasión de impuestos sea penalizada, lo primero que debe hacerse  es depura la administración pública de tanto corrupto y llevarlos a la cárcel sin ninguna consideración, con esto se allanaría el camino para que el gobierno pida al legislativo tramitar la ley, anti evasión, con el agravante que hay que empezar por el mismo congreso de la república, que si se hacen las cosas como realmente debe ser, se quedaría sin quorum, puesto que la mayoría de los representantes y senadores, están comprometidos en mayor menor grado con actos de corrupción. 

El caso debería ser a la inversa: cárcel para los corruptos, para que los contribuyentes paguen sus impuestos con gusto y darles seguridad que sus dineros van a ser bien invertidos en obras de desarrollo, - es lo que se comenta y se dice en los mentideros políticos y reuniones sociales-: pagar impuestos es la mayor satisfacción para el ciudadano, siempre y cuando su esfuerzo se vea reflejado en obras de desarrollo e infraestructura, con la consecuente generación de empleo.

Es desalentador presenciar los continuos desfalcos, peculados y chanchullos, armados y cometidos precisamente por altos funcionarios del gobierno, pero, lo más triste es que la mayoría de las veces estos escándalos no pasan de las denuncias, que como en el caso de Interbolsa, se vencieron los términos y los cacos de cuello blanco y perfumado, no solamente recobran su libertad, sino que tienen el cinismo de demandar al Estado por daños y perjuicios.

El gobierno no debe acudir a medida tan extrema de cárcel para los evasores, cuando el país anda asfixiado por casos de corrupción en todos los órdenes: por saqueos, chanchullos y peculados, cometidos precisamente desde las altas fuentes del Estado, que es donde está don corrupto, ordenando y haciendo de las suyas, puesto que ser honestos en los actuales momentos, es hasta peligroso y si se es empleado oficial de manejo, se corre el riesgo que le monten un proceso amañado con testigos falsos y vaya a parar a la cárcel.

Si se hace una encuesta entre desprevenidos transeúntes y contribuyentes de mayor o menor grado, siempre tienen lista una respuesta: me da pereza pagar los impuestos, puesto que se roban la plata, si avanzamos más en el tema, los altos salarios de los congresistas y de los funcionarios del gobierno, sumados a los viajes con extravagantes viáticos, sale también de los contribuyentes.

Los descalabros de la salud, el robo de interbolsa, la venta de isasgén entre muchos otros negociados, se subsanan también con los dineros de los contribuyentes; las obras de infraestructura que por lo regular se convierten en elefantes blancos porque los contratistas se roban la plata, para recuperarla con montos astronómicos, se hace con los dineros que pagan los contribuyentes.

Total que si la reforma tributaria se quedó sin cárcel para los evasores de impuestos, es un tema que debe evaluarse muy bien desde el punto de vista de la lógica y la razón, puesto que hacerlo en las actuales circunstancias es tan aventurado e injusto, que se prestaría para más chanchullos y peculados, puesto que los caminos no están nada claros, ni mucho menos expeditos para penalizar la evasión fiscal en medio de tanta corrupción que nos está asfixiando. 

¿Finalmente a todo esto que dicen los Organismos de Control? Procuraduría, Fiscalía General de la Nación, Contraloría General de la República, contralorías departamentales, contralorías municipales y las oficinas de control interno de cada ministerio, superintendencias y organismos descentralizados.

¡Qué vergüenza!

urielos@telmex.net.co

 

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