Publicidad

De dientes para afuera

Ramiro Bejarano Guzmán
07 de noviembre de 2015 - 05:57 a. m.

Tampoco me gustó el perdón pedido por Belisario Betancur por su actuación en el holocausto del Palacio de Justicia hace 30 años, pues al igual que René Guarín, hermano de una de las víctimas desaparecidas, parecieron unas excusas soberbias.

Y es extraño que alguien como Belisario, reconocido por ser un humanista y buena persona, haya procedido así, más en la serena calma de su tranquila vejez, cuando nunca antes se le conoció ese talante.

Es tanta la necesidad que tienen las víctimas y el país de oír de labios del exmandatario un arrepentimiento sincero, que a unas calculadas palabras suyas pronunciadas en homenaje a un viejo amigo suyo muerto recientemente, los medios le atribuyeron el alcance reparador de pedir un perdón que realmente no fue pedido. En efecto, lo que dijo Belisario fue “si errores cometí, pido perdón a mis compatriotas”, lo que está lejos de admitir culpas y de tener realmente la intención de que la comunidad reciba el alivio de oír un perdón franco de quien el 7 de noviembre de 1985 le dijo al país ser el único responsable de lo que había pasado.

Belisario ha optado por guardar silencio durante estos 30 años, pero si ahora se decide hablar que lo haga de frente sin eufemismos. Hace más daño el exmandatario haciéndole creer a las gentes que está arrepentido, que siguiendo mudo, cuando después de 30 años todavía no admite haber cometido error alguno, ni revela lo que sabe. No otra cosa puede colegirse de su críptica y condicionada expresión “si errores cometí”. No solamente le faltó la tilde al sí, sino enfrentar la historia.

Un protagonista tan principal de esta tragedia, como lo sigue siendo Belisario, no puede escoger cualquier escenario para pedir perdón. No, la cosa no puede ser un discurso para despedir un amigo y de pasadita pedir excusas a las víctimas del holocausto. Si quiere la absolución, que convoque un acto solemne para que el país entero sea testigo de eso. A ofensas públicas, excusas públicas; no privadas.

El ofrecimiento de perdón tiene que ser contundente, lo cual significa admitir que sí incurrió en el yerro imborrable de haber permitido que ese infierno de 30 horas fuera gobernado por unos militares a quienes no les importó que adentro, además de los guerrilleros, estaban muchos civiles indefensos. Y si quiere que lo perdonen, que explique si comparte la revelación insólita que solo hasta ahora vino hacer su exministro Jaime Castro, en las entrevistas que trajo la última revista Semana, según la cual el Gobierno había decidido desde el primer instante no negociar con el M 19. Saber si esa decisión la tomó el presidente o se la comunicaron los militares luego de asegurarse que habían sido rescatados del palacio su hermano y la esposa del ministro de Gobierno es parte de la verdad ocultada durante estas tres décadas.

Y para que se abran las puertas de la reconciliación, Belisario tendrá que contar si autorizó la censura a la prensa esa fatídica noche del 6 de noviembre, cuando Colombia se sentó a ver un partido de fútbol mientras morían calcinados magistrados y civiles inocentes. O si es cierto que concibieron un plan estilo Hollywood, según lo reveló Noemí, que consistía en meter gases en los tubos del palacio para dormirlos a todos. Los durmieron sí, pero no con gases sino a bala y para siempre.

Como vamos, está lejos el perdón y por supuesto la reconciliación.

 

Adenda No 1. En mi columna anterior, por sí y ante sí, un corrector modificó las expresiones “Santos debe de estar dándose contra las paredes” por “Santos debe estar dándose contra las paredes”, cambiando el sentido de la frase; pero lo que es peor, de su propia cosecha sustituyó la expresión “si ha habido dos elecciones” por “si han habido dos elecciones “, con la cual demostró impericia gramatical. Ofrezco excusas a los muchos lectores que me reclamaron por los errores de este incorrector.

 

Adenda No 2. Extraordinario que la Corte Constitucional haya declarado exequible la adopción de menores por parejas del mismo sexo. Estaba haciendo falta esa decisión democrática e incluyente. Pero que no se nos olvide que esa Corte sigue en deuda con la Nación.

 

notasdebuhardilla@hotmail.com

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar