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Diabetes y ejercicio: consejos prácticos

John Duperly
15 de noviembre de 2015 - 03:05 a. m.

Los grandes beneficios del ejercicio para la prevención y el manejo del paciente diabético han sido reconocidos por las autoridades clínicas y de salud pública en todo el mundo.

En primer lugar, vale la pena recordar que el sobrepeso, el sedentarismo, el tabaquismo y la hipertensión son los factores de riesgo modificables que aumentan en forma exponencial el riesgo de diabetes tipo 2 y coexisten progresivamente en muchos pacientes en Colombia y Latinoamérica.

La persona que toma la decisión de llevar una vida más activa e incluir más ejercicio no sólo previene biológicamente la diabetes tipo 2 en gran medida, sino que además puede controlar el sobrepeso, la hipertensión y la ansiedad, que a su vez lo llevan a fumar y tomar alcohol. Como si fuera poco, mejoran los triglicéridos y colesterol, su riesgo de eventos cardiovasculares y su calidad de vida.

Algunos consejos mínimos para la práctica del ejercicio en un paciente con diabetes: aunque en general es mejor para la salud moverse que quedarse quieto, es recomendable tener una evaluación médica para precisar las recomendaciones. Muchos diabéticos en nuestro país han padecido la enfermedad en forma asintomática por muchos años y podrían sufrir alteraciones cardiovasculares, renales o retinianas sin saberlo.

Antes de hacer ejercicio verifique el buen uso de la medicación prescrita, procure estar hidratado y, si es posible, realice un control de presión arterial y glucometría.

Debemos buscar el mejor momento del día para cada individuo, mañana o tarde, ojalá 20 a 40 minutos para dedicarlo a algún tipo de actividad física agradable y fácil de realizar.

Aunque caminar es la alternativa más aceptada, vale la pena pensar en otras posibilidades como bailar, jugar, nadar o montar en bicicleta.

El secreto está en crear un hábito y disfrutarlo, aumentando progresivamente la duración y la intensidad del ejercicio. Pueden ser suficientes 10 o 15 minutos para empezar a ver y sentir los cambios. Para optimizar los resultados se aconseja aumentar el tiempo total de ejercicio, más que la intensidad del mismo. Algunas personas prefieren el ejercicio más fuerte y de corta duración, pero esto requiere un proceso de adaptación previo para evitar lesiones y complicaciones.

Cuando se logran dosis adecuadas de ejercicio, se pueden ver reducciones significativas en los niveles de glucemia, presión arterial y triglicéridos que requieren ajustes frecuentes en la medicación, siempre en estrecha comunicación con su médico tratante.

* MD, Ph.D. 

 

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