“El liberalismo es pecado”

¿Se repite la historia de persecución religiosa y política?

Frase incendiaria. Mató a 300.000 sólo en la guerra de los Mil Días. Se le atribuye a un monseñor Ezequiel Moreno. Hoy beato, por si las dudas. Fue emitida desde un púlpito. Como lo fueron tantas otras durante las guerras civiles desde el mediano siglo XIX. También después del Bogotazo. También durante La Violencia. También durante el imperio de los Castaño. Siempre inspiradas por un monseñor llamado Arbeláez, Barreto, Moreno, Herrera, Builes, Concha, Rubiano, Castrillón, Salazar, Múnera o Castro.

La palabra monserga rima con monseñor. Frase corta y mentira larga emitida desde un púlpito. Colombia no ha sido víctima de la guerra sino de la monserga. Nuestra sangre se ha derramado punzada por monsergas. Ahora los monseñores no sólo hablan de sotana. Visten de traje o de sastre. Ahora su púlpito también es el twitter y se apellidan Uribe, Ordóñez, Cabal, Valencia, Rangel o Lafourie. Hoy su mentira larga se llama resistencia civil. Otra frase incendiaria. Penetra las turbias almas de las ovejas buscando que rompa fuente la pus que hierve en sus corazones creyentes. Creen en la muerte. Le rinden culto a un agonizante de cuyo vientre manan agua y sangre. Han sido entrenados para morir (otros) matando (ellos). Los monseñores continúan su trabajo cementerio. Se nutren de sangre. Sus partidos —iglesias rebosan de hemófilos—. Los pacifistas somos torpes vampiros de agua, al canto de Serrat. Ellos, vampiros de sangre, se ríen de nosotros. Intentan vomitarnos, no sin antes hacernos sangrar. Las ovejas derraman sangre mientras sus monseñores escancian vino. “...a veces se llama paz a lo que no es sino complicidad con el infierno…” (Otra monserga de Moreno en los Mil Días). “Hombres del resentimiento son todos ellos” (Otra oración de Nietzsche por los mismos años).

Bernanrdo Congote. Bogotá.

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