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El robo de los Juegos Nacionales en Ibagué

Claudia Morales
04 de marzo de 2016 - 02:25 a. m.

Nos contó el contralor, Edgardo Maya, que su despacho empezó esta semana el ejercicio auditor más importante en toda su historia en Tolima. ¿La motivación? Las denuncias sobre despilfarro, negligencia, corrupción e ineficiencia en la planeación de los XX Juegos Nacionales 2015 en ese departamento.

Me enteré en el año 2014 del gran elefante blanco en el que se convertirían los escenarios deportivos en Tolima, gracias al trabajo disciplinado y solitario de los colegas de elolfato.com, un portal que advirtió y siguió paso a paso cada desatino que cometieron distintos actores y que a todas luces llevaría al desastre en el que terminó. Veamos qué pasó y en qué terminaron los $151.500 millones de pesos “invertidos” allí.

La Alcaldía de Ibagué le entregó un contrato por $11.500 millones a la firma española Typsa —único oferente— para que hiciera los estudios y diseños de los escenarios. La Unidad Anticorrupción de la Fiscalía empezó a investigar ese contrato porque expertos, y hasta funcionarios de la Secretaría de Infraestructura de Ibagué, sostuvieron que esos estudios costaban en realidad no más de $6.000 millones.

El Gobierno nacional, entre tanto, aprobó tardíamente en julio de 2014, cerca de 102.000 millones para esos juegos, que desembolsó cinco meses después, y el departamento y los municipios aportaron otros $38.000 millones. Con ese dinero debía construirse, según Coldeportes, el complejo de tenis y squash, el complejo acuático Parque Deportivo, el Coliseo Mayor, el patinódromo, el estadio de atletismo y obras civiles de paisajismo y urbanismo. También remodelarían el Coliseo Menor de Ibagué, la piscina de la Calle 42 y ampliarían el Estadio Manuel Murillo Toro. De esto, sólo ocurrió lo último.

Y siguieron los desaciertos. Coldeportes le había pedido a la Alcaldía de Ibagué que suscribiera un contrato por cada escenario, y respondiendo a eso, contrató a Orlando Arciniegas, el abogado más cuestionado del Tolima, sancionado en repetidas ocasiones por acciones indebidas (están los soportes). La tarea entregada a ese señor era armar las licitaciones y en tiempo récord montó dos para las que curiosamente sólo se presentó un oferente: una para el Parque Deportivo por $77.476.616 y otra para remodelar la Unidad Deportiva de la calle 42 por $37.299.884.

Pero llegada la fecha de inauguración de los juegos en noviembre pasado, las disciplinas deportivas que estaban previstas en esos dos escenarios tuvieron que ser trasladadas a otros departamentos o complejos deportivos de orden privado, porque no fueron construidos como estaba pactado. ¿Saben qué hay en lo que iba a ser el Parque Deportivo? Un arrume de tierra.

Mintieron todos: el ahora exalcalde Luis Hernando Rodríguez, el director de Coldeportes, Andrés Botero, los contratistas y el abogado Arciniegas porque hasta el último momento engañaron al país entero diciendo que las obras cumplirían los cronogramas y al final, no hubo un solo escenario nuevo para los juegos. Ojalá no le tiemble la mano a Maya para sustentar lo que ya se sabe y en muchos casos está probado, y exponga finalmente a todos los ladrones de cuello blanco.

* Subdirectora de La Luciérnaga

 

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