El sacerdote Elías Lopera

Yohir Akerman
20 de marzo de 2016 - 02:00 a. m.

El escándalo por el romance entre el sacerdote José Elías Lopera Cárdenas y su devoto Julio César Cardona López ha hecho que la Iglesia Católica reaccione de la misma manera que en el pasado ante situaciones similares: implacable con el pecado y laxo con el delito. Me explico.

El señor Cardona radicó una denuncia en Medellín en contra del padre de la parroquia Santa María de los Ángeles en el Poblado solicitando una indemnización de 1.500 millones de pesos por una relación carnal con el sacerdote, 30 años mayor que él, que inició cuando tenia 16 años de edad. Un niño.

Desde entonces mantuvieron una relación que terminó en 2012, cuando, según el señor Cardona, el sacerdote Lopera lo abandonó por un accidente que sufrió provocado por un ritual de santería aconsejado por el mismo cura.

Espeluznante.

El señor Cárdenas recibía apoyo económico por parte del cura en forma de ocho millones de pesos mensuales para su sostenimiento, pagos del colegio, la universidad, automóvil, bienes, tarjetas de crédito y hasta viajes. Según Cardona, esos dineros provenían en parte de los feligreses y de millonarias ofrendas que le hacían a la parroquia. (Oír Soy víctima de la Iglesia Católica y del sacerdote José Elías Lopera)

Gravísimo e imperdonable para la Iglesia. Pero la institución parece haber pasado por alto la cercanía histórica del mismo padre con el narcotráfico.

El sacerdote Lopera es reconocido en Antioquia por su amistad con Pablo Escobar Gaviria, e incluso por actuar como defensor y presuntamente como testaferro del capo, manejando dineros y bienes del narcotraficante, con lo que amansó una fortuna personal. Frente a esto la Iglesia nunca dijo nada.

El cura escribió artículos en el periódico Medellín Cívico en defensa de Escobar, dio charlas en su programa radial ‘Civismo en marcha’, y respaldó la entrega de boletas que repartía Escobar para entrar a los estadios, todo para estar en el buen nombre del benefactor, como llamaban al capo en la Iglesia.

Su cercanía no paró.

El cura apareció varias veces en público con Escobar y es recordado por utilizar sus sermones para defender las causas del cartel de Medellín. Incluso en 1983, como vicepresidente del Tribunal Regional Eclesiástico, lideró el ‘Primer Foro contra la Extradición’ junto a Virginia Vallejo y al mismo Escobar. (Ver Foto del sacerdote Lopera y Pablo Escobar)

El 21 de septiembre de 1983, la periodista María Jimena Duzán documentó la tolerancia y el silencio del cardenal Alfonso López Trujillo, arzobispo de Medellín, frente a la relación del cura Lopera con Escobar.

Duzán, en una columna titulada ‘Lo Santofimio de López Trujillo’, denunció que la Iglesia estaba recibiendo millonarias dádivas por medio del cardenal López y su súbdito Lopera, que venían directamente del narcotráfico.

La Iglesia nunca dijo nada. Después de la denuncia, Lopera simplemente dejó de aparecer públicamente junto a Escobar, pero el cardenal y la institución le permitieron seguir desempeñándose en su papel de líder espiritual de la comunidad y vicepresidente del Tribunal Regional Eclesiástico.

Hoy se ven las consecuencias.

Y pese a que la Iglesia se ha pronunciado frente a este nuevo escándalo del sacerdote Lopera, lo ha hecho de manera pusilánime. La Arquidiócesis de Medellín emitió un débil comunicado en el que explicó que la Iglesia Católica lamenta y reprueba los actos inmorales de los sacerdotes, que ofenden a Dios y atentan contra los fieles.

Delitos señores. Delitos. No solo actos inmorales, sino delitos que atentan contra la ley.

La relación homosexual de Cardona y el cura y la evidencia de la cercanía de Pablo Escobar el sacerdote Lopera han recibido tratos diferenciados por parte de la institución. Es evidente que una de estas cosas escandaliza más a la Iglesia que la otra.

@yohirakerman
 

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar