Publicidad

¿Encuentro posible?

Patricia Lara Salive
19 de mayo de 2016 - 08:02 p. m.

Que el senador Uribe haga las paces con 'Timochenko' es mucho más probable a que las haga con el presidente Santos: por más de que las Farc le hayan matado a su papá (aunque 'Pablo Catatumbo' insiste en que no fueron ellas), Uribe parece sentir más rencor hacia Santos que hacia esa guerrilla: el expresidente se considera traicionado por Santos simplemente porque no le perdona que, después de haber sido elegido gracias a él, no haya sido su títere a la hora de gobernar.

Y lo que más lo atormenta es que cree que este Gobierno es el culpable de que sus familiares y antiguos funcionarios estén presos o investigados por la justicia, sin tener en cuenta que, en el país, existe una división de poderes.

De modo que si Timochenko sigue insistiendo a las buenas en invitar a Uribe a conversar; si continua diciéndole que lo quiere sentado a la mesa de la reconciliación nacional; si sigue proponiendo que se realice un acuerdo político para reordenar la nación, del que nadie quedaría por fuera, y continúa invitando a Uribe a participar en él; y si le envía buenos componedores que lo convenzan de que si se vuelve parte del proceso y adquiere un papel protagónico en esta etapa, el país sentiría que la paz se hizo gracias a Uribe, porque la guerra emprendida por él fue la que llevó a las Farc a negociar y, ahora, su participación final en el proceso es la que sella la paz, a lo mejor presenciemos lo impensable: que Timochenko y Uribe se encuentren, se den la mano y Uribe se quede con muchas de las loas de la paz.

Si no lo creen, piensen en que el expresidente tiene antecedentes que indican que no le ve problema a dialogar con terroristas, a acogerlos en sus filas y, por ende, a conversar con las Farc. Miremos ejemplos:

1. Como gobernador, creó la Comisión de Paz de Antioquia y apoyó la desmovilización de la Corriente de Renovación Socialista, de la entraña del Eln.

2. Como presidente, en octubre de 2002, convocó a la Comisión de Conciliación y le pidió ayuda a la Iglesia para buscar la paz con la guerrilla y los paramilitares.

3. En el 2003, les solicitó a monseñor Luis Augusto Castro y al padre Darío Echeverri que se acercaran a las Farc, y ellos se reunieron en el río Caguán con los representantes de Tirofijo, Raúl Reyes, Fabián Ramírez y Joaquín Gómez. Las Farc pidieron despejar cinco lugares, pero Uribe no aceptó.

4. En 2004, monseñor Castro y el padre Darío se encontraron en el río Putumayo con Rodrigo Granda y Raúl Reyes para proponerles, en nombre del Gobierno, llegar a un acuerdo humanitario.

5. Uribe insistió en el diálogo con las Farc, e intentó desarrollarlo en Suecia, a través de Frank Pearl, su comisionado de Paz. Paradójicamente, el contacto con las Farc usado entonces por Pearl fue el mismo utilizado después por Santos.

6. Finalmente, en la bancada uribista en el Senado, hay un antiguo guerrillero: Éver Bustamante.

Y eso que no se han mencionado las N veces en que Uribe buscó en Cuba la paz con el Eln.

Entonces, dados esos antecedentes, si Timochenko continúa con su propuesta de “venga esa mano, le extendemos la nuestra con un ramo de olivo”, y “Ave María, doctor Uribe, conversemos”, a lo mejor presenciemos el milagro.

Y ese encuentro, ese saludo entre Uribe y Timochenko, sería lo mejor que podría pasar si se quiere aclimatar la paz de Colombia.

¡Piénselo, doctor Uribe!

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar