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Geopolítica

Ricardo Bada
02 de septiembre de 2016 - 02:00 a. m.

¿A qué se refieren quienes se refieren, con la mayor convicción del mundo, al conflicto armado de Oriente Medio?

Cierta vez tuve ocasión de captar parte del sonido original de unas declaraciones de un primer ministro israelí, y a pesar de que mis conocimientos del inglés se reducen al uan tu zri, plis, zénquiu, jau du yu du, copirrait y singuin in de rein (¡esto último hasta con música!), me di cuenta de que se estaba refiriendo al problema del Middle East, es decir, del Oriente Medio: y ese problema no era otro que el enfrentamiento entre Israel y sus países vecinos.

Ahora bien: hablar de Israel y de sus países vecinos y englobarlos bajo la denominación Oriente Medio nos vuelve a plantear el tema de las denominaciones geográficas, o mejor: geopolíticas. Digo esto pensándolo desde mi casa a orillas del Rin en Alemania, porque visto desde aquí, si Israel y sus vecinos árabes son el Oriente Medio, ¿cuál sería entonces mi Cercano Oriente? No podría ser otro, según esa óptica, sino Turquía, Egipto, Libia y Grecia, y hasta puede que todo el Adriático. Lo cual, desde luego, cualquiera de esos países rechazaría con harta razón. Y ustedes también. Pero si insisten en seguir llamando Oriente Medio a Israel y sus vecinos, no queda pues otra alternativa. Con lo que venimos una vez más a constatar que esto de las denominaciones geopolíticas es algo que conviene mantener, siempre, bajo sospecha. Porque muchas de ellas son fruto de un eurocentrismo boreal. Por ejemplo, la OTAN, el Pacto del Atlántico Norte, incluye entre sus miembros a Italia, Turquía y Grecia, que se encuentran a orillas de qué otro mar si no es el Mediterráneo. Y otro ejemplo: los americanos del Norte y el Sur no tienen ningún empacho en llamar Lejano Oriente a la China y el Japón, dos países que el mapamundi sitúa claramente al occidente de Los Ángeles, Acapulco, Panamá, Buenaventura, Guayaquil, Lima y Valparaíso: el auténtico Lejano Oriente de América es Europa. Vuelvan a mirar el mapamundi y verán que no les miento.

Y esto me lleva a plantearles una reconversión tácita que ha tenido lugar en el mundo de la terminología geopolítica, pero que hasta ahora pasó desapercibida, tanto que nadie se ha hecho eco de ella. Me explicaré: el primer mundo sigue siendo el que siempre ha sido, el círculo (vicioso) de los países ricos e hiperdesarrollados. Pero el segundo mundo lo constituía el bloque de los países del área socialista, y es evidente que han dejado de existir como bloque. Con lo cual, automáticamente, ¿qué sucede?, que el tercer mundo se ha logrado convertir en el segundo. ¡Aleluya!, como dizque gritan durante sus “éxtasis” los miembros de cierta obra pía.

 

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