¿Habrá gato encerrado en la liquidación de Saludcoop?

Las instituciones de salud deben ser para producir salud, no dinero.

 Todo indica que las complejas acrobacias legales y financieras contenidas en la resolución 2414 de la Superintendencia Nacional de Salud, SNS, del pasado 24 de noviembre, estuvieron más inspiradas en los intereses económicos de los grupos que se han venido lucrando de nuestra salud y de los que proyectan lucrarse aún más de ella, que en la salvaguarda de los derechos y el cuidado de la salud de los 4.6 millones de afiliados a Saludcoop.

Muchas cosas graves han pasado en dicha EPS desde el 30 de enero de 2010, cuando el periodista Daniel Coronel publicó en la revista Semana su artículo “¿Dónde está la bolita?”, denunciando el “astronómico enriquecimiento” de los intermediarios de Saludcoop y el escandaloso desvío de los dineros de sus afiliados, mientras sus servicios de salud eran cada vez más deficientes, la integración vertical más descarada, y el gobierno se limitaba a expedir “decretos funerarios”. La resolución 2414 será funeraria para muchos de los afiliados y algunos de sus trabajadores, pero pretende ser la resurrección en Cafesalud del fracasado negocio de Saludcoop y un nuevo aire para el negocio bimillonario de la salud en Colombia.

El fracaso de Saludcoop lo denunciaron y comprobaron después muchos otros. Los pacientes con sus esperas interminables, sus miles de tutelas y soportando dolores insoportables. La Contraloría General de la República imponiéndole una multa de 1.4 billones para resarcir parte del patrimonio público, cuyo pago se hace ahora más incierto. La Procuraduría General sancionando disciplinariamente a sus directivos, incluido su prófugo expresidente, Carlos Palacino, protegido de muchos altos funcionarios. La firma contratada para contraloría interna, que concluyó en septiembre pasado que Saludcoop “tiene un patrimonio negativo superior a los 2.8 billones de pesos” y costos de administración y prestación de servicios superiores a los ingresos, por lo cual es inviable. Y el puntillazo final lo dio el interventor de la entidad al confirmar el 18 de noviembre la inviabilidad financiera de la empresa y la imposibilidad de prestar servicios adecuados.

La reciente decisión de la SNS de tomar posesión de los bienes, haberes y negocios de Saludcoop, intervenirla para liquidarla y pasar forzosamente a todos sus afiliados a otra de las empresas del mismo grupo, la EPS Cafesalud, es una jugada de altísimo riesgo (maquiavélica, me dijo un abogado amigo), con más problemas que soluciones y que plantea más preguntas que respuestas. Si se quieren garantizar los derechos de los afiliados, ¿por qué en lugar de obligarlos a permanecer mínimo 90 días en Cafesalud, en contra de la Ley Estatutaria, no se les permitió elegir antes de la liquidación? Si Cafesalud tiene ya reconocidos problemas para atender a sus 1.8 millones de afiliados, ¿cómo puede esperarse que será capaz de responder adecuadamente a los 4.6 millones de nuevos afiliados que acaba de recibir de un día para otro? Si Saludcoop tiene un patrimonio negativo de casi 3 billones de pesos y un balance negativo de gastos e ingresos, ¿con qué pagará sus deudas con los prestadores, con el patrimonio público y con la propia SNS? ¿Contribuye en algo la liquidación de Saludcoop a la solución de fondo de la grave e inocultable crisis del sistema de salud colombiano?

En este caso, no pudieron tapar bien el gato. Queda claro que lo que buscan es seguir capoteando la debacle del sistema, garantizando la continuidad del enriquecimiento de algunos con el dolor de casi todos, abriendo el mercado de la salud a los inversionistas y evadiendo las responsabilidades de las empresas y personas que se han apropiado y desviado indebidamente los dineros de nuestra salud. Son estrategias y decisiones de chequeras, no de derechos. Es el imperio del dinero de algunos, no del bienestar y la salud de los colombianos/as.

Médico social