La certeza de la magistrada

Antieditorial
02 de enero de 2017 - 02:00 a. m.

Del reciente e inesperado anuncio del Consejo de Estado, de haber aceptado la demanda de los abogados Jorge Eliécer Molano y Elmer Montaña en contra del resultado del plebiscito del 2 de octubre, o sea, en contra del triunfo del No, salen torrentes de noticias que afectan al expresidente Uribe. De ahí el nerviosismo en que anda.

Por Clara Nieto

La demanda de los abogados y, por ende, de la decisión del Consejo de Estado que tanto martiriza al expresidente, se basa en las infidencias de uno de los suyos, Juan Carlos Vélez Uribe, gerente de la campaña del Centro Democrático. Tres días después del “triunfo” del No Vélez le cuenta al diario La Republica cual es su estrategia: no se ocupan del Acuerdo, los mensajes buscan provocar “verraquera” en los votantes, son dosificados según el estrato y la ubicación geográfica. Y le funciona. Uribe lo cuestiona en su Twitter por hablar más de la cuenta y Vélez renuncia.

A pesar de la gravedad de tales infidencias, que afectan el resultado del plebiscito, pues ya no se trata del rechazo contundente al Acuerdo de Paz, como pretenden los uribistas, nadie vuelve a mencionar el affair Vélez. Sólo regresa con el Consejo de Estado.

Santos, en medio de la crisis que deja en el aire el Acuerdo de Paz con las Farc, busca acuerdos con los difíciles sectores que lideran el No. Recibe cerca de 500 propuestas de cambios. Humberto de la Calle y Sergio Jaramillo las negocian con las Farc en La Habana, incluyen la mayoría y sale un nuevo Acuerdo Paz, más amplio.

Mientras que el gobierno busca cuándo y cómo refrendar el nuevo Acuerdo, sale el anuncio del Consejo de Estado. La magistrada, Lucy Jannette Bermúdez, conceptúa que “la información que se suministró al electorado en la fase definitiva de la campaña reflejó una total tergiversación”; se publicaron temas que no existían en el Acuerdo y el No gana, producto de la “violencia por el engaño a que fueron sometidos los colombianos por parte de quienes impulsaron dicha campaña”.

El Consejo de Estado recibe un importante cuestionamiento. El Espectador del 20 diciembre titula su editorial: “La irresponsabilidad de desconocer el plebiscito”. Fidel Cano no está de acuerdo con la admisión de la demanda contra el resultado del plebiscito, o sea, contra el “viciado” No, resultado de “un supuesto engaño generalizado”; pero mas grave que todo esto, dice, es que el Consejo se atreva a juzgar los motivos que tuvieron los millones de votantes al depositar su voto; que se atreva a evaluar “la pureza de la voluntad popular”, “¿Vamos a invalidar una elección popular” porque —como unos mensos— creemos que fueron presas de mentiras?”. Esa sola idea le causa terror.

Ahí sí, con terror muchos oímos a montones de los del No, del estrato seis para abajo, plantear sus argumentos para oponerse: no querían a Timochenko de presidente, que nos invadiera el castrochavismo, y nada de los millones para las Farc con plata de nuestros impuestos. ¿Verdades o mentiras? No, simples argumentos que nada tenían que ver con el Acuerdo. Eran sólo “su voluntad”.

El uribismo intenta restarle credibilidad a Vélez, lo acusa de estar borracho durante la entrevista. Él lo niega. Y comienzan los golpes bajos: el uribismo menciona unos contratos del marido de la magistrada con Ecopetrol. ¿Qué busca?

Esta etapa, que apenas comienza, esperamos que siga. Depende claro está de la justicia, hasta ahora sin dientes para llegar a Uribe. También de los medios de comunicación, de como traten o no traten este candente asunto, con Uribe son bastantes mensos. 

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