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La indigencia en Bogotá no la inventó Peñalosa

Óscar Sevillano
25 de agosto de 2016 - 02:04 a. m.

Lo más triste y decepcionante de la situación que hoy padecen los habitantes de la calle en Bogotá, es la ligereza y falta de profundidad con la que desde el periodismo nacional y el sector de izquierda en la capital, trata el problema.

La presencia de habitantes de la calle en Bogotá es un problema  histórico en la ciudad, que ningún alcalde por bueno que haya sido ha podido solucionar. La indigencia en la capital no la inventó Enrique Peñalosa, sin embargo vemos como algunos políticos  de izquierda buscan sacar provecho personal a la situación de seguridad y convivencia, sumado a la improvisación y ligereza con la que algunos periodistas abordan el tema.

Sorprende también que se hable y se diga que este problema en Bogotá, fue una consecuencia de la intervención en la calle del Bronx. A ver señores, si no se han dado cuenta, no todos los habitantes de la calle que deambulan por la ciudad son de este sector. De los más de 14 mil indigentes que se ven hoy en la capital del país, solo unos mil o mil quinientos vivían en esta zona, otra cosa es que en el intento por establecer nuevas comunidades y asentamientos, se les vea en manadas por  calles y andenes de los lugares más concurridos de la ciudad.

Que la oposición que hace la izquierda al Gobierno Distrital trate este asunto de manera superficial y ligera, no es de extrañar, al fin de cuentas estos persiguen un fin político y  personal y poco les importa desconocer, la mala situación en la que estos viven, porque al desaparecer el fenómeno ya no tendrán discurso para hacer su oposición per sé, pero que el periodismo nacional, trate el asunto de manera liviana, sorprende y bastante, porque  lo primero que deberían tener en cuenta en el momento de emitir una nota,  es que el proceso por recuperar la dignidad de estas personas,  pasa primero por  destruir el nido criminal de las organizaciones que les utilizan  tomándoles como escudo para evitar la persecución que sobre ellos debe hacer el Estado.

La indigencia en Bogotá no será un tema fácil de superar, ni aquí, ni en ningún lugar del mundo, porque la solución pasa por una decisión personal de querer abandonar la cultura de la calle, del sometimiento a las drogas ilícitas y de aceptar que se vive en medio de un problema que necesita ser tratado con ayuda profesional.

De nada sirven las buenas intenciones que pueden tener los gobiernos de turno en el Distrito Capital, si personalmente no se tiene la decisión de superar este problema y si no es así, que Gustavo Petro y sus seguidores nos expliquen porque razón con todo y que instalaron servicios de enfermería y medicina para habitantes de la calle en el sector del Bronx, conciertos de rap, etc.,  el problema  no se solucionó.

Más bien al contrario, lo que quedó demostrado, es que la solución a la indigencia no pasa por instalar programas de caridad pública en sectores deprimidos de Bogotá, mientras se deja a los habitantes de calle a merced del crimen organizado, quien les utiliza para transportar drogas y dineros ilegales en caletas, cadáveres de personas que son asesinadas en el sector, etc.

Lo que se necesita son programas de intervención social no solo de las entidades del Distrito, sino también del Gobierno Nacional con la ayuda de la empresa privada, porque este es un asunto de todos y de todas, no solamente del Estado a quien se le indilga la responsabilidad, mientras el resto de los colombianos nos quedamos de brazos cruzados, mirando a los habitantes de calle con desprecio y prevención, pero exigiéndole a la institución soluciones prontas a este flagelo.

Si en realidad se quiere trabajar y ayudar a que se supere el problema de la indigencia en calles y avenidas del Distrito Capital, lo que se debe hacer es ayudar a perseguir las mafias que les utilizan como escudo humano, siendo propositivo en lo que tiene que ver con intervención social, dándole la mano a la Alcaldía Mayor en los acercamientos y trabajos que se quiere hacer con esta comunidad. Lo peor que se puede hacer es utilizar una curul en el Consejo de Bogotá, para atacar, atacar y atacar, mientras no se es capaz, ni siquiera de darle la mano a un solo habitante de la calle porque huelen a “fo” y de pronto se  ensucia la mano izquierda.

@sevillanojarami

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