La voluntad política de las Farc

Columna del lector
28 de noviembre de 2016 - 02:00 a. m.

¿En verdad estamos listos para un país sin guerra?

Por Estefany L.

¿Por qué la muerte de dos guerrilleros no tuvo mayores implicaciones para el proceso? ¿Por qué nunca hay presunción de inocencia? Es claro que sigue existiendo un despojo de humanidad de los combatientes guerrilleros, los mismos que, pese a todo, siguen estando dispuestos a construir paz en un país que ha dado la espalda en distintas ocasiones.

La muerte de Mónica y Joaquín en medio de un cese el fuego pudo haber sido razón suficiente para que la guerrilla decidiera detener lo que hasta ahora se ha alcanzado, pero no lo hizo, y ésta, más otras tantas muestras de voluntad política, deberían ser un motivo suficiente para que la sociedad estuviera dispuesta a blindar estos acuerdos y a exigir garantías, no para guerrilleros o líderes sociales de izquierda, sino para seres humanos que han soñado con la paz y que lo han demostrado con creces.

¿Qué hubiese pasado si los muertos pertenecieran al Ejército Nacional? Tal vez la respuesta del Gobierno hubiese sido contundente, nada hubiera pasado en extrañas circunstancias, no existirían varias versiones; tal vez los titulares de los noticieros continuarían con la exaltación del odio y tal vez esos pensamientos perversos sobre el dolor de unas muertas que importan más que otras no se hubiesen quedado en el completo mutismo. Son las eternas preguntas a respuestas llenas de gusanos que brotan de una tierra seca.

Ahora, en medio del cese del fuego no murieron sólo Mónica y Joaquín. Han sido asesinados 31 líderes sociales en las distintas regiones del país. Siguen aniquilando la posibilidad de siquiera soñar con una Colombia distinta. ¿Qué pasa con las garantías políticas? ¿Reductos paramilitares o nueva arremetida paramilitar? Hay que empezar a llamar los hechos por lo que son. Insisto, entonces, en que el desmonte del paramilitarismo debió ser una condición para sentarse a negociar y no un objetivo en la implementación. Si este es el cruel escenario de hoy, no quiero ni pensar en lo que ocurrirá en medio de la implementación todavía lejana de los manoseados acuerdos.

Mientras todo esto ocurre, la guerrilla se ha mantenido inquebrantable, dando muestras de compromiso con la paz, incluso con aquellos que han negado toda posibilidad de inclusión, de cambio y de silenciamiento de las armas. A veces pienso hasta qué punto va a llegar todo esto, pues pareciera ser que se han olvidado de la capacidad en la guerra de las Farc, que esto puede dar reversa en cualquier momento, que la voluntad política sostenida hasta ahora puede agotarse en un país que parece dar dos pasos hacia atrás siempre que la paz intenta dar uno hacia adelante. 

@Estefanyg324

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