Manual de la indignación: ¡denuncie!

Columnista invitado EE
23 de enero de 2017 - 08:09 p. m.

La calidad del análisis periodístico de las dos grandes empresas productoras de noticias en Colombia es palpable en preguntas como “¿por qué si es Pacífico hay violencia?” y “¿sabía usted que su vecino puede ser un sicópata?” son sin duda sesudos cuestionamientos de los generadores de opinión y que dan cuenta de los alcances y nivel de análisis de la realidad política y social de Colombia propuestos al ciudadano del común.

Por María González - Investigadora Social

La puesta en escena de las noticias es reveladora de esta no original forma de abordar los sucesos (“Primer impacto” me atrevo a decir es el ejemplo a seguir). Sírvanse comprobarla:

Seleccione noticias de impacto: “historias de vida y de muerte”. En esta dirección, y a falta de “noticias de orden público”, privilegie noticias de violencia, si es explícita mejor: homicidios y robos (lo más cercano a la gente). Las noticias de tipo político o los alcances políticos de las noticias reléguelos a un segundo plano, o déjeselos a la red independiente (los premios también). Excepción: si hay un escándalo o enfrentamiento personal, denuncia de injuria o calumnia, o es factible su fácil consumo.

Dado el amplio abanico de violencia en el país, privilegie las noticias en las cuales cuente con videos o grabaciones de lo sucedido. Busque material gráfico para apoyar la nota. No se preocupe si es sólo una imagen: repítala de manera insistente como la del carro del homicida transitando por la calle, ladrones atracando, el levantamiento del cadáver, persecuciones y capturas. Si desafortunadamente no consigue este tipo de material sea recursivo: hágalo usted mismo.

Por ejemplo recorra los últimos pasos de la víctima; cuéntelos en frente de la cámara; muestre las huellas de las balas; utilice en primer plano imágenes del escenario de los hechos, así sea solo una fachada.

La ambientación de la noticia es de enorme importancia. Utilice música melodramática o de terror. Que su entonación y gesticulación otorguen profundidad a lo que está describiendo: ensaye previamente las caras de rabia y tristeza porque recuerde en la entrevista o noticia usted será enfocado repetidas veces en primer plano. Usted también es protagonista. Su sentido rol forma parte del repudio, la lástima o “la solidaridad” que se pretende generar. No olvide: encabece o cierre la nota con sentidas palabras como “¿Qué nos pasa?” o “¿Hasta cuándo?”.

Dele la voz a las víctimas o, dicho de otro modo, profundice en su dolor. Con este objetivo pregúntele cuáles son sus sentimientos en ese momento, qué le diría al homicida y de paso a todos los colombianos, cuáles fueron las últimas palabras de la víctima a sus padres o sus hijos, intuía lo que iba a suceder, etc. De ser posible, entrevístelos en la sala de velación, o en las afueras del sitio de los acontecimientos, o en la habitación vacía. La voz de los dolientes es central. Si ese día usted tiene más escrúpulos de lo acostumbrado, recurra a imágenes del llanto o la desesperación que, si son contundentes, pueden hablar por sí solas. En un día normal acompañe las preguntas sugeridas con dichas tomas.

“Ponga las cosas en blanco y negro”. Es decir, utilice adjetivos calificativos para referirse al hecho y a sus protagonistas. Los epítetos transmiten fuerza a la noticia: Terrible tragedia, macabro crimen, brutal muerte, y para referirse a los involucrados, despiadados asesinos o ladrones, inhumanos delincuentes etc. La presunción de inocencia déjesela a la Fiscalía (con excepción de los de buena familia).

En el caso de la víctima, enfatice en su inocencia, su indefensión, los sueños truncados etc. Recuerde que sólo hay violencia si la víctima se presume inocente, de lo contrario titule como ajuste de cuentas o justicia por mano propia.

Esta es la narrativa dominante hoy en las pantallas. Una narrativa que convoca a reacciones emocionales básicas, a la empatía con las víctimas de turno en tanto sujetos de dolor sin proveer elementos de análisis o de comprensión del trasfondo de esos hechos violentos que se están trasmitiendo a diario y de idéntica forma.

En el mejor de los casos “poner en contexto” equivale a un juicio de responsabilidades sobre la coyuntura y básicamente en su dimensión punitiva; a escuchar a presentadores y políticos que en su tiempo libre ofician de opinólogos (que no analistas). En el mediano plazo de este abordaje facilista y sensacionalista no puede desprenderse sino el miedo, el acostumbramiento, la desesperanza, o el hastío con lo que sucede… o la indignación sin eco, como esta: eso es lo que hay.

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