Pinceladas

Iván Mejía Álvarez
07 de febrero de 2017 - 04:40 a. m.

Pretender que los equipos funcionen como un relojito cuando apenas están saliendo de la pretemporada es absurdo. Cuesta ponerse en ritmo, es temprano para encontrar las nóminas titulares,  a los jugadores les pesan los primeros partidos, pero de todas formas quedan lecciones que deben ser tenidas en cuenta.

Por ejemplo, no se entiende como Mario Alberto Yepes sigue sin poder consolidar un bloque defensivo coherente. Él, uno de los mejores defensas de la historia en Colombia, un hombre que tuvo la fortuna de trabajar con grandes técnicos, no ha podido montar una defensa solida, segura, que trabaje armónicamente. El Cali volvió a ser una coladera donde los más elementales detalles de coberturas, cierres, alternancias, parecen no haber sido trabajados. Le llegan fácilmente y cuando se habla de la defensa es menester incluir la pareja de recuperación, el filtro de contención en el mediocampo.

Yepes no puede olvidar que es un fusible listo a ser quemado por el arrogante presidente de su club. Martínez ya está en campaña para su reelección y sabe que si le toca despedir a Mario para evitar que se vayan algunos votos, lo hará sin miramientos. Al final, Martínez nunca ha gustado de Mario como técnico y lo tiene claro en su campaña: que mueran Sansón y todos sus filisteos. Así que es mejor que Mario Alberto se preocupe en defenderse mejor, porque de su trabajo arreglando el fondo, depende su puesto.

Ya Miguel Ángel Russo dejó una frase que resume lo que está pensando: “solo hay tiempo para jugar, comer y dormir, y nosotros tenemos una nómina corta”. El técnico argentino ya sabe que a duras penas tiene una línea titular y otros tres o cuatro jugadores. También conoce que su plantilla no le da para pelear títulos y que se quedó esperando que el lentísimo e incapaz Camacho le trajera los jugadores que solicitó. Russo sabe bien que sin tiempo para trabajar y hacerse fuerte en lo táctico, ese equipo que le armaron al gusto de Cocca, no da muchas esperanzas. Russo depende hoy día de que el venezolano que jugaba en Ecuador resulte un buen jugador porque Millos, tras verlo en dos partidos, carece de chispa, ingenio, claridad. Si la figura de Millos es Carachito Domínguez, apague y vámonos…

Hernán Torres resumió lo del América de otra forma: “Nos faltó la intensidad de la B”. No solo a él, también a su presidente, que se dejó meter los dedos en la boca al aprobarle a la Dimayor que Jaguares, su rival directo en el cupo de ascenso, juegue contra Tigres en lugar de actuar contra Júnior, como debiera ser. Tulio: el que parpadea, pierde.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar