Publicidad

Pulso por el respeto

Rafael Orduz
14 de junio de 2016 - 02:00 a. m.

Lo que está en juego después de la última masacre en EE. UU. no concierne sólo a la campaña electoral, ni a si un matón racista, ególatra e ignorante se hace a la Presidencia.

Es el respeto a la diversidad étnica, racial, política, religiosa y de orientación sexual lo que está sobre la mesa y en esa medida el debate y sus consecuencias nos concierne a todos.

En un país como Colombia, en el que abundan los homófobos y en el que algunos matan indígenas, en el que hay bares que rechazan el ingreso de afros y se siguen etiquetando de comunistas determinadas posiciones frente a procesos como el actual de paz, hay que dar la pelea por el respeto a la diversidad y la diferencia.

A las pocas horas de la masacre en la discoteca Pulse, un sitio de esparcimineto enfocado a la población LGTB en Orlando, Florida, Trump ya estaba pidiendo la renuncia de Obama. Él, Trump, ya lo había advertido, que lo sucedido en Orlando era apenas el comienzo, que la prohibición de ingreso de musulmanes a los Estados Unidos era el camino que había que tomar. Miles de partidarios de Trump, a través de Twitter y otras redes sociales, hicieron eco: algunos cambiaron el nombre de la candidata demócrata por Killary, la llamaron prostituta, y Obama no fue bajado de comunista que servía en bandeja el país al terrorismo islámico.

La andanada polarizante e intolerante cayó como bomba en muchos sectores, incluyendo los LGTB, directamente afectados por el crimen. Búmeran para Trump.

Armados de pistolas y rifles de asalto, las masacres de San Bernardino, Oregon, Charleston, Marysville, sólo para mencionar algunas recientes, fueron perpetradas por personas jovenes que accedieron legalmente al mercado de armas en almacenes Walmart o en centenares de tiendas deportivas. Verdadera estupidez social la libre compra de armas en nombre del derecho a la defensa personal en el país de las mejores universidades del mundo.

Sin duda, es parte de la cultura de los Estados Unidos, tan bien retratada por Moore en Masacre en Columbine, la de la Asociación Nacional del Rifle, apoyada sin condiciones por Trump, de los halcones sin escrúpulo, de los agricultores blancos xenófobos del mid-west, de la población blanca empobrecida en ciudades que alguna vez albergaron las grandes siderúrgicas y las plantas automotrices, hoy golpeadas por el desempleo y la incertidumbre.

Sin embargo, Estados Unidos es mucho más que la imagen maniquea con la que juega Trump. Es el país de la innovación científica y tecnológica, multiétnico y cultural, de la libertad, que ha recibido inmigrantes de todo el mundo. Las trogloditas posiciones se le están devolviendo, incluso, dentro de su partido.

Como dijo Obama, horas después del atroz crimen en Orlando: “…ataques a cualquier norteamericano sin consideración de la raza, etnia, orientación religiosa o sexual son un ataque a todos nosotros y a los valores fundamentales de equidad y dignidad que nos definen como nación”.

Tales palabras tienen fuerte eco en Colombia.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar