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Querer siempre

Hernán Peláez Restrepo
19 de julio de 2016 - 03:00 a. m.

Sé que muchos de los lectores, si no jugaron fútbol de competencia, liga, universidad o colegio, al menos patearon un balón con sus hijos y familiares cercanos en un parque o un escampado. Pasan los años y uno nunca pierde las ganas de pegar una patada al balón o una tapa de gaseosa en cualquier calle.

Muchos añoramos el olor del pasto, la traspiración y el esfuerzo, así no clasifiquemos como buenos jugadores, y los reproches a los árbitros, que se sienten los dueños de la verdad, cuando realmente están espantando el yugo casero.

Lo anterior sirve para entender cómo un jugador, Fabián Vargas, a los 36 abriles, continúa jugando con el entusiasmo de su juventud. Estaba para el retiro, recibió su acreditación para ser técnico y sin embargo no se resignó a dejar el oficio sagrado de jugar. Un poco parecido es el caso de Josimar Mosquera, quien con 33, la edad de Cristo, permanece en actividad con el modesto Almirante Brown en Argentina. No importan la categoría ni los salarios bajos. Es cuestión de estirar la profesión.

Por otra parte, y hablando de nuestro fútbol con representación en el exterior, México es la plaza de moda. Acaba de comenzar su torneo y son 29 jugadores colombianos quienes figuran allá. Pagan bien, les reconocen sus aportes y son la segunda colonia, detrás de la argentina, en el fútbol azteca.

Parece haber pasado de moda Argentina, donde quedan unos pocos. Fabra, Casierra, el arquero Montero, Erik Correa y unos cuantos más, desconocidos juveniles que tal vez tengan una oportunidad.

En Brasil estarán Reinaldo Lenis, Gustavo Cuéllar, Jonathan Copete y Edwin Valencia, que seguirá en Santos; Sherman Cárdenas, Oswaldo Henríquez y creo que ninguno más.

El problema nuestro radica en la sangría de jugadores con maletas próximas a empacar. En São Paulo lamentaban no haber aprovechado el ofrecimiento de Miguel Borja a mediados de este año. Pedían apenas US42 millones y optaron por Calleri. Pero ¿cuánto vale Borja hoy en día, y si consigue adornar su hoja de vida con el título de la Copa Libertadores, que está a la vuelta de la esquina? Pero quería, más que detallar la vida actual de jóvenes jugadores, hacer énfasis en la nostalgia que provocan los almanaques. Siempre habrá ocasión de pegarle al balón, aunque sea en el garaje.

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