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Resurrección

Iván Mejía Álvarez
15 de noviembre de 2015 - 02:17 a. m.

Desde la Copa Mundo la selección no ofrecía un partido tan interesante. En un período de año y medio se habían perdido el estilo, el juego, las sensaciones y, por encima de todo, se habían olvidado de la táctica, hacerse fuertes atrás y salir en veloz transición al ataque.

Contra Chile terminó siendo un magnífico empate que bien pudo terminar en victoria, porque los últimos 20 minutos ofrecieron una Colombia volcada en ofensiva y un elenco austral que no encontró la pelota ni el juego.

Pékerman se olvidó del rombito gelatinoso que le acompañó en los últimos partidos y decidió marcar de verdad con tres especialistas. Luego de un comienzo fulgurante de los sureños, poco a poco los hombres de marca fueron poniendo las condiciones y cercenando las ideas colectivas de Chile. Esa es la táctica que sirve para hacerse fuerte, para manejar situaciones y circunstancias, para tener el control de los partidos. Lo que no se tuvo contra Uruguay y contra Perú, se reencontró contra Chile.

Quedó clarísimo que se había cometido una tremenda injusticia durante más de un año con la exclusión de Daniel Torres de la nómina colombiana. En 90 minutos demostró que es jugador con nivel de selección y que la zamarra no le pesa ni le queda chica, la luce con categoría. Solo en la cabeza del técnico quedarán los motivos por los cuales despilfarró ese talento y ese jugador tanto tiempo.

La pelota no hacía tránsito intermedio y los dos galgos de arriba, Jackson y Muriel, luchaban, aguantaban y fijaban a los centrales, pero también los abrían con sus movimientos para que esa defensa de tres quedara expuesta a los contraataques. Interesante apuesta ganada absolutamente toda por Pékerman, la puesta en escena de Muriel contra todo pronóstico. Jugó muy bien y dejó claro que puede ser una interesante alternativa.

El punto contra Chile vale oro siempre y cuando se ratifique con una victoria sobre Argentina. Partido que deberá tener un planteo táctico diferente, unos protagonistas distintos, pues una cosa es la táctica defensiva que sirvió contra Chile y otra la estrategia y los mecanismos de ataque para ganarles a los de Martino. Así como dirigió muy mal contra Uruguay, equivocado en el planteo, Pékerman estuvo coherente y confeccionó bien la nómina y los mecanismos en Chile. Diez puntos su manejo del juego.

Quedó claro, finalmente, que cuando el agua llega al cuello y el asunto se pone difícil, emerge la categoría de los jugadores para salir adelante. Es la eterna historia del deporte y los jugadores de Colombia, siempre resucitan como el ave fénix.

 

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