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Siempre están

Iván Mejía Álvarez
23 de junio de 2016 - 04:16 a. m.

Los técnicos suelen llegar con una idea, pero los desarrollos de los partidos y del campeonato les cambian el modo operacional, el desarrollo táctico, y esto incluye variantes de protagonistas.

En Brasil 2014, el técnico alemán Löw apostó sus fichas de entrada a ese maravilloso carrusel de circulación, rapidez, toque corto, y sin un nueve fijo logró buenas presentaciones en los dos primeros compromisos. En esta Eurocopa, Löw repitió la idea y en los dos primeros juegos renegó del goleador, nueve de área fijo, y reiteró la idea de los volantes tocadores y la endemoniada circulación a gran velocidad.

Ante Irlanda del Norte, como en la Copa Mundo, finalmente el comisario técnico alemán volvió a poner a un grande dentro del área y armarle un circuito creativo generoso. En Brasil fue Miroslav Klose y en Francia Mario Gómez, pero lo importante es el regreso a la teoría del delantero punta gigante y rematador.

Los exjugadores de Alemania, que opinan mucho y son respetados, creen que jugar sin un nueve de área va a contra natura de la ideología germana. Detestan la cultura del falso nueve y lo ven como una copia de Guardiola, a quien no estimaban mucho. Un país que ha tenido a Uwe Seeler, Jürgen Klinsman, Walther Rahn, Rudi Voeller, entre otros, extrañará siempre ese ariete grande, medio torpe pero goleador. Su máximo cultor, el modelo, es Klose, máximo artillero de la Copa Mundo.

Alemania sólo ganó por un gol a Irlanda del Norte pese a todas las previsiones de los sabios exjugadores que reclamaban ese nueve goleador. Jugó Mario Gómez y anotó ante un brillante pase de Müller, que sigue fallando en las Euros y rehaciéndose en su gran imagen durante los Mundiales.

El circuito creativo germano funcionó a la perfección y los dirigidos por Löw tuvieron doce ocasiones de ampliar el mentiroso marcador. Fallaron todos en la definición, pero el que más oportunidades despilfarró fue Gómez, para contradecir la teoría del nueve goleador.

Por momentos, la máquina alemana realiza un fútbol de altísimo vuelo. Ozil, Goetze, Müller, y los dos volantes de recuperación, que juegan y hacen jugar, Khedira y Kroos, la mueven de lado a lado, tocan de primera, circulan la bola y generan un juego veloz al que le falta la definición.

Entre los clasificados emerge el gigante teutón para confirmar su ambición de ganar en cuatro años Copa del Mundo y Eurocopa, algo que habían logrado Beckenbauer y compañía en la época de Schoen, 72-74 , así como los franceses y la España de Del Bosque y Aragonés. Si tiene fichitas para apostar, póngale un pleno a Alemania. Estos tipos tienen la sana costumbre de no fallar, no defraudar.

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