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S.O.S. CIB

Ana Cristina Restrepo Jiménez
07 de mayo de 2016 - 02:54 a. m.

De acuerdo con el "Informe de análisis de variables de la caracterización de entidades religiosas 2015”, en Bogotá D.C. hay 1.325 iglesias; en Atlántico, 711; en Valle del Cauca, 559; y en Antioquia, 423 (sin contar al Centro Democrático).

En 1974, Colombia expidió la primera personería jurídica para una iglesia no católica romana. Desde entonces, cada año se registra ante el Ministerio del Interior un promedio de 244 iglesias. En 2010, el incremento con respecto al año 2009, fue de 321%.

¡321%!

2011 fue el año récord en creación de iglesias: 1.247 (23% del total histórico).

Para garantizar la libertad religiosa y de cultos, el Ministerio del Interior cuenta con el Grupo de asuntos religiosos.

Ahora bien, en 2015 Colciencias presentó los resultados de la reclasificación de los grupos de investigación y de sus investigadores. A la convocatoria se presentaron 5.869 grupos de investigación de toda Colombia. 3.970 fueron aprobados.

Resulta lógico que los filtros del trámite para convertirse en iglesia ante el Grupo de asuntos religiosos sean puramente administrativos. Mal haría el Ministerio del Interior si exigiera a los postulantes “enunciar los objetivos estratégicos de su Dios”, “declarar el nivel de competitividad e innovación de su credo” o “identificar las variables dependientes e independientes de sus milagros reportados”.

En Colombia, mientras la razón es sometida al más riguroso cedazo presupuestal (y de otros órdenes: ‘Colombia es pasión’), el pensamiento mágico continúa en ascenso con la bendición del Estado.

Uno de los baluartes científicos de Antioquia, de Colombia, enfrenta la posibilidad de su liquidación: la Corporación para Investigaciones Biológicas, CIB.

Si entre el próximo 24 de mayo (celebración de la asamblea extraordinaria) y el mes de julio no se logra resolver la insolvencia económica, la Corporación entrará en proceso de liquidación voluntaria.

La CIB fue fundada en 1970 por varios científicos, entre ellos, William Rojas, Emilio Bojanini y Ángela Restrepo, quien hace más de 20 años hizo parte de la Misión de Sabios (junto a personajes como Gabriel García Márquez y Rodolfo Llinás) que propuso una ruta de educación para el desarrollo del país.

El director, Diego Sierra, explica que, por ejemplo, hasta el año 2014 la CIB contaba con un promedio ante Colciencias de entre $4.000 y $4.200 millones anuales por concursos de investigación. A 2015, fueron $2.400 millones. En 2016, van en $336 y si hay desembolso de unos proyectos aprobados serían $600 millones.

La CIB es un centro de excelencia mundial en microbiología médica en las áreas de micobacterias y micosis, de acuerdo con la valoración realizada por CSImago Journal. Sin la CIB, se perdería la posibilidad de aportar desde la investigación a la construcción de mejores políticas públicas para la salud.

Da la impresión de que la ciencia colombiana cuenta con la misma salvaguardia de una probeta descuidada sobre la mesa del laboratorio de una escuela elemental.

Un país que se afana en abrir nuevas iglesias, mientras permite el cierre de centros de investigación (con resultados importantes para la comunidad científica)… sobrevive de milagro.

 

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