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Suiza: entre frío, vacas, montañas y queso

Enrique Aparicio
14 de febrero de 2016 - 02:00 a. m.

Cuando llegamos a Berna, capital de Suiza, una amiga nos contó lo siguiente: “los de la capital tienen fama de ser muy lentos para pensar, por eso nunca les eches un chiste en sábado, porque se van a reír el domingo durante la misa”.

 Descubrir este país resulta una aventura para un caminante desprevenido, pues quienes llegamos por primera vez, como yo, venimos con la película romántica de paisajes bellos, llenos de montañas con nieve, vacas con cencerros sonriendo y obvio el queso. Por cierto, hoy en día por ley los granjeros tienen la obligación de sacarlas del establo a pastar al aire libre, por lo menos 20 días al año.

Para desarmar mi curiosidad, mi compañera, con una serie de palancas en la oficina de turismo de Berna, consiguió una cita para conocer cómo se elabora el famoso queso Emmental, principal producto de exportación en este renglón de los lácteos, pero con un toque más realista, es decir, la manera artesanal de hacerlo (ver You Tube). Lo que quiero mostrar es cómo la campesina tenía que valerse por sí sola para elaborar el queso que posteriormente iría al mercado. Nada parecido a un camino color de rosa. Una vez que la leche había cuajado y la había “cortado”, no podía dejar de mover el contenido del enorme caldero durante por lo menos media hora. Para “colar” el producto utilizaba una tela que de un lado agarraba con los dientes y del otro con las manos, o sea se requería una mujer con buenos dientes. Mucho cuidado con las suizas.

Sin embargo, detrás de todo el emporio de riqueza y calidad de vida (tiene uno de los niveles más altos) debemos hacernos la siguiente reflexión como paso obligado a entender que no todo es coser y cantar.

El desarrollo de Suiza no fue por la gracia de Dios con ayuda del Espíritu Santo, valga la aclaración. El trabajo duro y la búsqueda incondicional del bienestar de la colectividad fueron sus armas de desarrollo. A mí no me vayan a venir con cuentos de que ante los obstáculos de la comunicación en medio de las montañas en tiempos muy antiguos, con temperaturas bajo cero, salir a pastorear las vacas para tratar de vender el producto que les daba el sustento diario era lo que pudiéramos decir fácil y cómodo. Otro secreto es la llamada democracia directa que hoy se practica con norme disciplina ejerciendo el derecho al voto: los suizos votan para todo, hasta las cosas más nimias, y sin el visto bueno de la comunidad no se mueve un hilo. Entonces concluyamos que países con alto grado de desarrollo como Suiza, Holanda, Dinamarca y otros, se han ganado su puesto en el concierto mundial a punta de muñeca para mejorar sus sociedades.

Para no dejar coja la nota, mencionemos algo de su historia:

Suiza es un poquito más pequeño que Cundinamarca. Perteneció al imperio Romano, luego al Sacro Imperio Romano Germánico. País de campesinos, de frío, vacas y montañas, o sea nada fácil para vivir, como lo dije antes. Originalmente se reunieron tres cantones (departamentos), para formar lo que más tarde seria la Confederación Helvética. A esto hay que añadirle que en los 26 cantones actuales se habla alemán, francés, italiano y romanche. Como nación fue reconocida en 1628 mediante el tratado de Wesfalia. Cuenta en su haber con 21 Premios Nobel y una multitud de inventos que han cambiado al mundo. Un país tan pequeñito con tanta riqueza, algo debieron hacer bien.

You Tube Queso artesanal.

Que tenga un domingo amable.

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