Óscar Iván y su Rimax

Juan Pablo Calvás
06 de febrero de 2014 - 11:31 p. m.

Para ser político se necesita un ego muy grande, si no, mire a Oscar Iván, mire a Marta Lucía.

 Llevo años preguntándome qué tienen en sus cabezas aquellos quijotescos candidatos que se lanzan a las más altas aspiraciones en medio del absoluto desconocimiento por parte de los electores o, lo que es peor, con paupérrimos índices de popularidad que no alcanzan para llegar ni a la Junta de Acción Comunal.

No estoy hablando del inolvidable Guillermo Nanetti Valencia, el de las patillas ganadoras; ni tampoco hago referencia al Tunjo, el torero de muchas contiendas presidenciales; pienso más bien los Oscar Ivanes y las Marta Lucías que cada cuatro años aparecen y se convierten en una muestra del monstruoso ego que cada político lleva dentro de sí.

¡Claro! No me voy a limitar a Óscar Iván y Marta Lucía, en el panorama ya se pueden ver otros candidatos con serias aspiraciones y bajas votaciones, sin embargo, ellos dos concentran mi atención por ser los representantes de una línea política con alta visibilidad en los medios, que lamentablemente no hacen sino amplificar la soledad que les rodea.

El caso más dramático es el de Óscar Iván, hoy convertido en el hazmerreír de las redes sociales, con sus cada vez más desafortunadas fotos y apariciones en los medios de comunicación. El candidato aparece solitario y abandonado, sentado en una silla Rimax en medio de una calle. El candidato aparece en un foro acompañado de su jefe Uribe, quien bosteza y no le pone atención. El candidato aparece en un auditorio armado con un centenar de sillas Rimax, donde sólo una decena de ellas están ocupadas por personas. ¡Pobre Óscar Iván! Se le ve abandonado a su suerte o, más bien, a su ego.

¿De verdad el ex ministro cree ser el heredero de Uribe? ¿Cree que es el más opcionado para convertirse en el nuevo presidente de Colombia?

Puede que me equivoque, pero el suyo es, tal vez, el más triste de los casos de egocentrismo político del momento: un hombre sin mayor gracia, ni carisma; un personaje de semblante triste que va recorriendo el país arrastrando tras de si el sueño de alcanzar la primera magistratura del país, sin votos, pero con sillas Rimax.

---

#PreguntaSuelta: ¿No está un poco gastada la idea del día sin carro?

@colombiascopio

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar