¿País inmóvil?

Adolfo Meisel Roca
18 de enero de 2013 - 06:00 p. m.

Desde hace años he venido escuchando las discusiones informales de académicos en torno a qué tanta movilidad social hay en Colombia.

Esas discusiones suelen basarse en evidencia de tipo anecdótica, pues hay una enorme carencia de estudios. Caricaturizando, diría que en esos “debates de cafetería” los conservadores tienden a enfatizar que hay muchos casos de movilidad en un sinnúmero de ocupaciones, lugares y períodos de nuestra historia. Además, suelen adobar su argumentación a través de ejemplos asociados al ascenso admirable de personajes conocidos.

Entre los liberales predominan quienes están convencidos de que la movilidad social en nuestro medio es escasa. Usualmente ilustran sus argumentos con referencias a la falta de igualdad de oportunidades, especialmente en la educación.

En un esfuerzo por discutir la movilidad en nuestro país, Diana Fajardo (2007) ha dicho que: “… muchos colombianos que se han propuesto llegar lejos y alcanzar reconocimiento lo han logrado, a pesar de circunstancias familiares o socioeconómicas precarias, gracias a sus talentos innatos, al esfuerzo personal y al trabajo constante (movilidad individual)”. Shakira, García Márquez, Sofía Vergara y Falcao serían cuatro de los casos más sobresalientes a los que podrían recurrir quienes, como Diana Fajardo, piensan que esa movilidad es una de las fortalezas de Colombia.

Tal vez si deconstruimos el ejemplo anterior podemos empezar a ver las debilidades en la argumentación de quienes tratan de construir un mito en torno a la igualdad de oportunidades que hay en el país. Los personajes mencionados en el párrafo anterior son costeños. Es decir, que pertenecen a un grupo regional que ha estado marcado por un empobrecimiento relativo al resto del país. En efecto, en la actualidad el PIB de la costa Caribe es sólo el 65% del resto del país.

Pero estas discusiones de tipo casuístico deben ser contrapuestas a los trabajos que utilizan una metodología más acorde a la manera de argumentación en las ciencias sociales. En buena hora Roberto Angulo et al. han publicado el trabajo Movilidad social en Colombia (CEDE, noviembre, 2012). Esos autores usan una muestra con 1.594 observaciones provenientes de una encuesta en donde se preguntó información sobre antecedentes familiares de padres y abuelos. Su conclusión es muy clara: “En Colombia, la movilidad es relativamente baja...”. Los resultados estadísticos que obtienen corroboran eso. El coeficiente entre la educación del padre y del hijo es de 0,74, cuando debería ser cero si hubiera completa movilidad y 1,0, si la inmovilidad fuera total.

¿Qué hay que hacer para aumentar la movilidad social en Colombia? Hay que elevar el nivel de vida de las minorías étnicas, especialmente la indígena y los afrodescendientes; hay que mejorar la situación de la mujer en nuestra sociedad; hay que reducir las desigualdades regionales; hay que cerrar las brechas entre el campo y la ciudad; pero, sobre todo, hay que crear igualdad de oportunidades en la educación.

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