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Para aplaudir

Hernán Peláez Restrepo
23 de mayo de 2010 - 02:59 a. m.

Quienes alguna vez jugamos fútbol, porque nos gustaba, no podemos perder tiro de ver la mayor cantidad de partidos y sacar beneficio.

No para dirigir ni posar de sabihondos, sino para  saber que mientras existan jugadores y equipos con clase, el fútbol no morirá. Esta semana vi, y espero que usted lector también haya visto, cuatro partidos que dejaron grata sensación, porque ofrecieron gestos técnicos y goles  para aplaudir.

Me gustó el primer tiempo de Equidad ante Tolima, en Bogotá. Después aflojó y apareció la casta de tolimense. Se jugó con entrega y con ganas. Aplaudí el golazo del peruano Sheput y me quedé esperando el gol de tiro libre de un especialista como Marangoni.

Me gustó el arranque del DIM en Barranquilla y después la paciencia del Júnior y la viveza de Víctor Cortés para pasar con su equipo adelante en el marcador. Aplaudí la sutileza en el remate de Giovanni Hernández para el tercer gol.

Vi dos juegos de Copa Libertadores disputados a gran ritmo. Fue eliminado Estudiantes por el Internacional de Porto Alegre, porque ganando 2-0 a escasos minutos del final, no fue capaz de aguantar y con un solitario gol de los brasileños se quedaron por fuera. Comenzaron arrasando al Inter y después de recibir dos goles, fueron madurando el plan de juego y a sabiendas de la importancia de un tanto de visitante, lo consiguieron.

Vi como Adriano y Vagner Love,  los dos gordos del Flamengo, como los identificó peyorativamente el técnico Pelusso de la U de Chile, marcaron sendos goles en maniobras excelentes para una victoria en campo ajeno. Los últimos diez minutos fueron una genuina demostración de profesionalismo y entrega.

Esta vez resultaron seis  goles perfilando semifinalistas de la Copa Libertadores. Es decir, nunca se vieron ni en las finales locales ni en la Copa los tristes 0-0, disculpa favorita de algunos técnicos que, aun después de viejos, creen que los empates son buenos.

Aunque no era el propósito hablar de las furruscas en el final de los juegos de Copa, sí quiero señalar la interpretación de los jueces mundialistas. El uruguayo Silvera expulsó después de terminar el partido en Santiago de Chile a Love. En cambio Óscar Julián Ruiz asistió a una trifulca seria en el estadio de Quilmes, con Desábato, Abbondanzieri, Lauro, suplente del Inter, después de pitar, y no mostró ni una roja. Por eso digo que el reglamento técnico y las recomendaciones disciplinarias son únicos, pero con distintas interpretaciones.

 

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