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Pardo y Petro

Luis I. Sandoval M.
01 de octubre de 2009 - 04:44 a. m.

Esperada la victoría de Rafael Pardo en la consulta del Partido Liberal, sorpresiva la de Gustavo Petro en el Polo Democrático.

Pardo y Petro fueron escogidos como candidatos presidenciales de sus respectivos partidos en votaciones más bajas de las previstas: el PL obtuvo un millón frente a 1.5 esperado, el PDA 0.5 frente a 0.6 esperado.

Los dos mayores y más caracterizados partidos de oposición definieron así sus cartas para la contienda presidencial. Se tiene la impresión de que es un paso temprano, casi prematuro, ante la contención a que esta sometida la política por efecto de la expectativa que se prolonga sobre el desenlace del referendo que habilitaría al Presidente Uribe para competir por tercera vez.

De hecho las múltiples aspiraciones existentes en el campo uribista para suceder a Uribe están supeditadas a que el propio presidente no quiera o no pueda postularse. Ello solo  se sabrá dentro de dos meses si la Corte declara inconstitucional el Referendo o solo cuando se efectúe el mismo que podría ser el 13 de marzo.

Aunque la oposición comenzó a definir cartas importantes en tiempo frío, ello puede significarle una ventaja en cuanto tiene un espacio para construir la estrategia alternativa frente al proyecto continuista sea que lo encabece Uribe, sea que lo encabece otro líder del amplio abanico uribista.

No extraña que el uribismo este retrasando al máximo sus definiciones, mejor que el Presidente este obligando a aplazarlas. Pero tampoco es extraño que el campo de oposición y alternativo comience temprano a producir las definiciones necesarias para emprender la marcha de la unidad que es larga y compleja.

Desde el punto de vista legal un eventual proyecto de coalición cuenta ahora con un instrumento que antes no existía: la posibilidad de la consulta interpartidista. En el PL gana Pardo que comparte con Cesar Gaviria la tesis de un candidato único no uribista para la primera vuelta. En el PDA el giro es mucho mas sensible, el triunfo de Petro pone al PDA en trance de revisar una línea de acción que pretendía llegar con candidato propio a la primera vuelta.

Condiciones legales nuevas y condiciones de voluntad política también nuevas parecen converger en virtud del mandato ciudadano expresado en la consulta de ayer. Además siendo tan pocos, más urgente es unirse. Es ineludible enfrentar con un proyecto de unidad programática el continuismo uribista atornillado en el poder. Lo que hay que resaltar es que la responsabilidad de avanzar por un real camino de convergencias que vaya más allá de sus propios partidos, esta ahora en manos de Pardo y de Petro. Ellos tienen la iniciativa.

Falta ver como concretan su posición los trillizos (Lucho, Mockus, Peñalosa), qué ocurre con Sergio Fajardo y qué ocurre con los uribistas no releccionistas, qué con los expresidentes que se oponen a la reelección. Pero, además de los partidos, en esta oportunidad jugarán un importante papel conjuntos sociales que han ganado significativo peso político en tiempo reciente. Entre ellos está la Cumbre Social (agosto), la Minga Indígena (octubre), notables franjas empresariales, importantes órganos de prensa y aun expresiones eclesiales.

Pardo y Petro tienen que asegurar la unidad de sus partidos para emprender la tarea de construir la gran unidad de oposición alrededor de un solo nombre con un programa afirmativo centrado en la defensa de la Constitución y la profundización de la democracia. No puede Uribe estar tan seguro que todo le saldrá bien para seguir en el poder, los enanos pueden multiplicarse y crecerse. Una nueva lógica pólitica comienza a abrirse camino en cabeza de Pardo y Petro.

 

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