Parque de diversiones Transmilenio

Juan Pablo Calvás
13 de febrero de 2014 - 11:00 p. m.

Para Santos, el tal paro no existía. Para Petro, los usuarios de Transmilenio no protestan.

En consonancia con el ego de los políticos sobre el cual escribí la semana pasada, el alcalde de Bogotá salió ayer a su balcón virtual y twittero para pedir a la ciudadanía que no se dejara influenciar por “personas interesadas” en bloquear a Transmilenio. Luego llegó el gerente de sistema, Fernando Sanclemente, a señalar que tal vez “elementos políticos” buscaban comprometer la estabilidad de servicio de buses.

Yo no sé cuándo fue la última vez que el alcalde Petro cogió Transmilenio para llegar al Palacio de Liévano a las 8 de la mañana. No me consta que el señor Sanclemente espere todas las mañanas, durante 20 minutos, al alimentador verde, para luego llegar al portal y esperar otros 15 minutos la llegada del bus articulado que lo llevará a sus oficinas en la Avenida El Dorado. No tengo idea, pero creo que ambos deberían utilizar más el servicio los buses rojos.

No hace falta ser un genio de la administración pública para ver que los usuarios de Transmilenio no son las personas más felices del planeta. No tiene nada de agradable apiñuzcarse para entrar a una estación; embutirse para ingresar a un bus; apretujarse para permanecer dentro del bus; estrujarse para salir del bus; mejor dicho, ser la mortadela del sánduche del transporte masivo. Eso sí, sin incluír los abusos sexuales y robos que son pan de cada día en Transmilenio.

Sin embargo, para el alcalde, el de los buses rojos es un panorama alentador. Resulta impensable que los usuarios quieran protestar: los hurtos, roces, esperas y apretujones son los ingredientes que hacen a un ciudadano feliz. Es más, ¿para qué queremos montañas rusas en Salitre Mágico o casa embrujada en Mundo Aventura, si Transmilenio es la verdadera ciudadela de la diversión?

No defiendo las vías de hecho, pero tampoco apruebo que los mandatarios quieran tapar el sol con un dedo. Es irresponsable sacarle el cuerpo al descontento ciudadano echándole la culpa a “grupos de derecha” o “grupos de izquierda” sin identificar. Eso no sólo contribuye a generar zozobra, sino que  termina polarizando el ya enrarecido panorama político. Si efectivamente  la oposición está detrás de los bloqueos demuéstrenlo, de lo contrario no están haciendo más que echarle leña al fuego que tanto quisieran apagar.

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#PreguntaSuelta: ¿No le dolió un poco que los muchachos de 18 o 20 años andaran preguntando quién es ese tal Pacheco?

@colombiascopio

 

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