Participación

J. William Pearl
12 de febrero de 2013 - 09:36 a. m.

Nuestra Constitución prohíbe la participación en política de funcionarios públicos y también, la reelección inmediata de alcaldes y gobernadores. ¿Son estas normas realistas y convenientes?

Nuestra Constitución prohíbe la participación en política de funcionarios públicos y también, la reelección inmediata de alcaldes y gobernadores. Son estas normas realistas y convenientes ?

En su estudio “The Civic Culture”. Princeton University Press. Princeton, 1963, Almong y Verba definen la participación política “como toda actividad de los ciudadanos dirigida a intervenir en la designación de sus gobernantes o a influir en la formación de la política estatal. Comprende las acciones colectivas o individuales, legales o ilegales, de apoyo o de presión, mediante las cuales una o varias personas intentan incidir en las decisiones acerca del tipo de gobierno que debe regir una sociedad, en la manera cómo se dirige al Estado, o en decisiones específicas del gobierno que afectan a una comunidad o a sus miembros individuales.” .

En Colombia, la Procuraduría ha sancionado a quienes han incumplido esa norma, como le sucedió al ex Gobernador del Valle, Juan Carlos Abadía quien convocó a una reunión política y fue destituido e inhabilitado para ejercer cargos públicos. .

Según estas normas, los alcaldes y gobernadores, que son políticos, no pueden participar en política. La misma Constitución tampoco les permite reelegirse. Otros sistemas democráticos como el Americano, permiten la participación política con algunas restricciones, así como la reelección de mandatarios locales. .

Mas allá de la controversia sobre la conveniencia o inconveniencia que tuvo para el país la elección popular de alcaldes y gobernadores a partir de la Constitución de 1991, la cual ya está superada, es el momento de revisar si hoy este esquema es útil para las regiones.

Desconocer el carácter político de ciertos cargos genera distorsiones en el sistema democrático, limita la visión de quienes los ejercen y crea distorsiones en la ejecución óptima de los programas de gobierno y los presupuestos . .
Por ejemplo, la imposibilidad de ejercer más allá de un mandato, desincentiva a los gobernantes para emprender proyectos de largo plazo que son indispensables en algunas regiones y los lleva a dos cosas: a apoyar las iniciativas que pueden ser visibles en poco tiempo, es decir, a concentrarse en lo inmediato y a dispersar el presupuesto que en muchas regiones es de por sí insuficiente.
La mayoría de regiones en Colombia necesitan cambios estructurales.
¿Cómo compaginar el reconocimiento del carácter puramente político de ciertos cargos y de quienes los ejercen, protegiendo el interés general y al mismo tiempo generando incentivos para quienes llegan a ellos, piensen y ejecuten con visión de largo plazo, más allá del amiguismo político y con prácticas transparentes ? .

El camino no es desconocer la naturaleza del ejercicio político, ni limitando a quienes por méritos en la ejecución de su cargo, podrían obtener el mandato para continuar una buena tarea.
Porqué en el caso del Presidente es conveniente tener la opción de la reelección y en el de los mandatarios locales no lo es? .

Distinguiendo la participación en política de la controversia política, educando a los votantes y con sistemas efectivos de veeduría ciudadana, muchas regiones del país podrían beneficiarse de un sistema que permita la reelección de alcaldes y gobernadores. La continuidad de los buenos proyectos está amarrada a un mayor nivel de desarrollo económico, político y social.

 

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