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La paz se cultiva en la familia

Cartas de los lectores
15 de abril de 2016 - 02:39 a. m.

La paz se cultiva en la familia

 

El editorial de El Espectador de 12 de abril de 2016 se titula “La paz nace en lo local”. Dice el editorialista: “La paz no vendrá del documento que se firme en La Habana con las Farc, ni —si todo sale bien— del pacto con el Eln. Tampoco basta con la voluntad de unas élites de acordar jugar bajo las mismas reglas y dejar al lado el odio. La paz, la verdadera, la sostenible, la que, de lograrse, alimentará positivamente el futuro de Colombia, nacerá en las regiones, a partir de los proyectos que surjan de la gente, allí en las comunidades que han vivido los efectos de la guerra. Esta es una tarea liderada por FENALPER, Federación Nacional de Personeros y su iniciativa Recon: Paz en Movimiento”.

Ya nos vamos acercando a la verdadera semilla de la PAZ. Yo he dicho: Si no hay paz en las familias, no habrá paz en las naciones y sin paz es imposible rehacer el mundo. Sembremos hoy la paz en nuestras familias. Y he recordado que si queremos la paz, debemos luchar por la justicia. Si vis pacen, cole iustitiam.

Por supuesto que no es solo hacer la declaración verbal. Los funcionarios deben colaborar para que la familia sea estable, responsable y se le garanticen sus mínimos derechos para tener una vida digna. Educación en valores, información de alta calidad, vivienda digna, trabajo decente y justa remuneración, salud preventiva como cultura de vida y curativa cuando sea necesario, seguridad social, autoeducación y actualización permanentes, buen trato, sonrisa a flor de labio. Y abolir la corrupción en lo público y lo privado, el narcotráfico, la minería ilegal, la inequidad que todo lo desequilibra. Y garantizar una pronta y cumplida justicia especialmente con verdad y reparación. Que no sea solo el llamada a denunciar, sino la tarea permanente de prevenir la comisión de delitos.

Entonces la semilla de la paz se cultiva en el corazón, para que dé frutos en la familia, la sociedad y el Estado. Sembremos hoy la paz en la familia.

Abog. Carlos Fradique-Méndez.

Moción de ventura

No se entiende cómo en el pasado 80 senadores se opusieron con fundamento sólido y razón muy valedera a la venta de Isagén, y la tal moción de censura al artífice del mal negocio de vender uno de los activos más valiosos del patrimonio nacional no tenga acción y castigo social. Se podría colegir que la sentida vocación nacionalista de esos días fue una simple fiebre pasajera. Increíble que los 80 senadores ya se desperdigaron y cogieron muchos de ellos el camino de la indiferencia. Es de esperar que el Consejo de Estado estudie con detenimiento, qué en términos reales la subasta no existió, aunque algunos quieren poner de moda la subasta de uno.

Rogelio Vallejo Obando. Bogotá.

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