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¡Peligro! Radiación electromagnética

José Fernando Isaza
01 de mayo de 2013 - 11:00 p. m.

El profesor R. Llinás respondió sí a la pregunta: "¿Es la TV perjudicial para el cerebro?". Aclaró que no por los niveles de radiación electromagnética (REM), sino por el contenido de la mayoría de los programas.

Vivimos en un planeta que tiene un campo magnético fuerte; depósitos de minerales radioactivos; estamos expuestos a los rayos cósmicos producidos por las explosiones solares, y como si fuera poco recibimos la radiación ultravioleta (UV). Más del 80% de la REM se produce por causas naturales. La UV, que desencadena cánceres en la piel, se atenúa por la capa de ozono de la atmósfera. Los fluorocarbones de los aerosoles la destruyen. El protocolo de Montreal prohibió su uso y se observa una recuperación de la capa protectora. Algunos creen que el acuerdo de Montreal fue posible porque las personas de piel blanca son más susceptibles a desarrollar cáncer por la radiación UV, los morenos están más protegidos. El deterioro de la capa de ozono afecta más a los países WASP (White Anglo-Saxon Protestant), que a los de la zona tropical.

La exposición a la REM ionizante de alta frecuencia, de longitud de onda similar a la estructura molecular del ADN, tiene incidencia sobre el desarrollo del cáncer. Los rayos cósmicos, la UV, los rayos X, son ionizantes. El diseño paranoico de seguridad, las inspecciones de equipaje con rayos X y las escanografías del cuerpo generan radiación de alta frecuencia. ¿Alguien ha visto contadores de Geiger cerca de estos aparatos? El entusiasmo que despliegan los controladores para destruir la lima de un cortauñas lo deberían de usar en exigir protección a la radiación.

Afortunadamente el espectro de luz visible no parece ser dañino y su frecuencia es cientos de millones de veces mayor que la de los aparatos electrodomésticos, los radios y la TV.

No hay aún estudios concluyentes sobre los efectos en la salud de las líneas de alta tensión. Son de alta potencia y de baja frecuencia. Los primeros estudios se realizaron en Suecia, en algunos casos se encontró una leve correlación entre la cercanía de redes de alta tensión y la incidencia de leucemia. Cuando se correlacionó con alimentación adecuada para mejorar el sistema inmunológico y se constató, generalmente vivían cerca de las líneas personas con menor ingreso para disponer de está alimentación, la correlación cercanía alta tensión y cáncer era casi nula. Se requieren más estudios para obtener conclusiones con mayor nivel de certeza. Puede preguntarse qué pasaría si esa correlación existiera. La civilización actual está inmersa en redes eléctricas de alta tensión.

Actualmente hay casi tantos usuarios de telefonía celular como habitantes en el planeta. Los estudios de la Organización Mundial de la Salud, no son concluyentes sobre los efectos de éstos sobre el desarrollo de tumores cerebrales. La frecuencia a la cual operan no es ionizante, pero pueden producir cambios en la membrana de las células. La elevación de temperatura del teléfono por la pila o por la recepción de señales débiles, sí puede afectar la piel. Como la difusión de la telefonía celular es reciente, no se conocen los efectos de largo plazo.

Parodiando a Llinás puede decirse que los nocivos efectos sobre el cerebro de los celulares son más por cinismo, amnesia y mala leche de algunos tuiteros que por la REM.

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