Perfumando azufre

Definitivamente Obama quiere ser "el primer presidente gay de Estados Unidos", pues con esos polémicos temas evade el problema económico que no logra arreglar, como lo confirman los decepcionantes datos de empleo ayer conocidos.

Su economía huele a muerto y por ello están preparando un tercer pote de perfume keynesiano conocido como QE3 (QE = Quantitative Easing = Plan de Alivio Cuantitativo de Dinero).

En Europa el sistema financiero también apesta, no sólo por los irresponsables préstamos a Grecia sino también por la manipulación de contabilidad para no reflejar la crisis hipotecaria de España. Por ello analizan preparar un perfumado eurobono con el que Alemania respalde como codeudor a los demás países de la Unión Europea que se comieron lo que no tenían.

En Colombia, el ministro de Hacienda perfuma sus desafueros fiscales con inocuos debates cambiarios en los que no reconoce que, a diferencia de Perú, nuestro banco central es el único que hace algo por evitar la caída del dólar, pues mientras los hermanos incas tienen saldo fiscal favorable, acá no salimos de un crónico déficit fiscal a pesar de los borbotones de petrodólares y un recaudo sin precedente. También se ufana de la Ley de Regla Fiscal, pero no advierte que la Corte Constitucional se la desmontó en la práctica. Adicionalmente empieza a perfumar su mediocre gestión responsabilizando a la crisis externa del inevitable deterioro de la actividad industrial, mientras se tiene un incremento sin precedente en la importación de alimentos que pone en peligro nuestra autosuficiencia en el mediano plazo.

En nuestro mercado de capitales, al tiempo que las emisiones primarias de acciones perfuman su nefasto desempeño con el argumento de ser inversión de largo plazo, empresas como Pacific Rubiales perfuman su imagen con sendas campañas publicitarias en las que aseguran suplantar al Estado en su función social, mientras que Asofondos le pide ser incluida en la junta directiva en procura de incidir en su gobierno corporativo.

Definitivamente, nada es tan lindo como lo pintan, pero tampoco tan hediento como algunos periodistas lo hacen parecer. Por ejemplo, el primer alcalde de izquierda en la capital del país logró aprobar democráticamente un histórico Plan de Desarrollo que, de realizarse en la mitad prometida, perfumaría el veneno de sus detractores.