Periodismo

Es natural que para cualquier ciudadano colombiano resulte impensable descartar que los encuentros que se vienen dando entre el gobierno Santos y la insurgencia de las Farc estén siendo acechados con perversidad secreta y maligna por los enemigos de la paz.

Y de igual modo, que los palos en las ruedas de la locomotora de la paz provengan —como en efecto provienen— de antiguos asesores y funcionarios del gobierno de la seguridad democrática y del mismo expresidente Uribe, quien con gran patetismo continúa pregonando su obsesiva y febril consigna de tierra arrasada.

Lo cual no deja de ser una cruel ironía para las innumerables víctimas del conflicto social y armado, y, en concreto, para las madres de Soacha y de Ciudad Bolívar, quienes por estos días conmemoran las tristes fechas de la desaparición de sus jóvenes hijos y de su posterior asesinato a manos de miembros del Ejército, en zona rural de Ocaña.

Es por ello que las falaces afirmaciones del fallido columnista José Obdulio Gaviria (El Tiempo, “Hay que creerles”, martes 18-09-12), no sólo merecen el contundente rechazo de sus timados lectores, sino el fulminante despido de las páginas de opinión del citado diario capitalino, cuyas directivas son claramente afectas a las actuales políticas de paz del presidente Santos.

Queda evidenciado, pues, cuán alejado está el engañifaz Gaviria del certero ejemplo de probidad y rectitud que dejara Tomás Eloy Martínez a los noveles periodistas: “Para mí, el periodismo ha sido un buen modo de ganarme el pan, un modo decoroso, esforzado y muy laborioso. El periodismo generalmente no está bien pagado, pero sea cual fuese el salario yo he procurado dar lo mejor de mí, porque lo que siempre me pareció, es que estaba en juego mi persona, mi ser, mi naturaleza humana y no lo que recibiese a cambio” (revista Contexto, San Juan de Tucumán, República Argentina, 07-06-12).

Ramón Francisco García. Ocaña.

Millonarios

Les dio a los dirigentes de Millonarios por levantar el tapete del fútbol nacional y encontraron la basura acumulada durante tantos años. Todo se sabía y no se hizo nada en su momento. Ahora, aprovechando un escenario internacional, les dio por tocar temas que nos han marcado negativamente a nivel internacional
Roberto Idárraga. Bogotá.

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