Al Alcalde Petro no le faltan buenas iniciativas que el mismo entierra a la hora de implementarlas.
Comparto buena parte de las Ideas de Gustavo Petro para Bogotá, que frecuentemente no alcanzan a ser una propuesta y mucho menos un proyecto consolidado. Su ejecución, cuando ocurre, impacta por la informalidad y la improvisación con que pretende ejecutarlas. El resultado: un tendal de buenas iniciativas abandonadas y la ciudadanía reclamando más resultados y menos enunciados y peleas.
Van dos ejemplos. Parecía que finalmente un alcalde iba a liderar el necesario reciclaje de las basuras domiciliarias. Una propuesta sin opositores, de fácil implementación, sin costo pero si con grandes beneficios, empezando por los económicos. Una práctica corriente en el mundo y paso fundamental para lograr su programa Basura Cero. Exigía eso sí una campaña de educación ciudadana previa a cualquier anuncio o discurso. Una acción participativa e incluyente como le gusta a Petro, que vinculara a juntas de vecinos, de acción comunal, de copropietarios, a los jóvenes en los colegios, a los medios de comunicación, especialmente los locales y comunitarios. Y después, asegurar el seguimiento con informes sobre avances y tropiezos. Pero solo se supo, e informalmente, que habrían bolsas negras y bolsas blancas. En mi casa empezamos entusiasmados a hacer “la separación en la fuente”. Efímero entusiasmo cuando con tristeza constatamos que el esfuerzo era inútil, porque todas las bolsas sin distinción iban al mismo compactador. Una buena y necesaria idea enterrada en el despelote del basurero distrital.
Expongo otra buena idea petrista que puede terminar ahogada en el cenegal del clientelismo y la politiquería. Petro llega con sus Progresistas a la Alcaldía con el mensaje de que ahora si llegó una izquierda seria al poder distrital. Antonio Navarro que sabe bien lo que es gobernar, plantea desde la Secretaría de Gobierno la importancia de interactuar con los grupos políticos presentes en el Concejo y representativos de los electores. Conversar para acordar las reglas del juego necesarias para gobernar. Aparece en su propuesta (¿y de Petro?) una idea fundamental, que la gobernabilidad democrática exige construir una coalición a partir de trabajar acuerdos programáticos sobre asuntos medulares de la “agenda de la ciudad”. Acuerdos programáticos firmados con bancadas y no con concejales aislados, que deben ser precisos y públicos. Navarro no había terminado de redondear su planteamiento cuando le callaron la boca, acusándolo de clientelista, traidor al compromiso de Progresistas contra la corrupción…
Removido Navarro del cargo, Petro desistió de la idea de “gobernar a la europea”, a partir de coaliciones programáticas, y casó pelea con el concejo. Se aisló en el círculo de sus incondicionales; dejó al garete político y de la opinión sus muchas ideas y pocos proyectos.
El nuevo Secretario de Gobierno, Guillermo Alfonso Jaramillo, ha tomado la misma línea de Navarro buscando interlocución con los diferentes actores políticos para establecer acuerdos y precisar diferencias. No le ha ido bien en el arranque. Grave error que en el desespero, Jaramillo se limite a “seducir” a los opositores para destrabar proyectos de acuerdo que son fundamentales para la ciudad y que están empantanados precisamente por el concepto de gobernabilidad del Alcalde. Ojalá Petro retome otra de sus muy buenas ideas,” gobernar a la europea” con lo cual lograría avanzar. Con ello se juega su futuro y el éxito de su gestión.