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Petro, Polo y país

Luis I. Sandoval M.
02 de junio de 2009 - 04:20 a. m.

Doble acierto: el de la dirección del PDA al insistir y facilitar la entrada de Petro a la consulta del partido y el de Petro al decidirse por jugar su aspiración no en solitario sino desde el partido que contribuyó a formar y aprestigiar con su brillante actuación parlamentaria.

Petro es un contendiente que da la talla frente a la enorme estatura política, intelectual y moral del maestro Carlos Gaviria, el otro aspirante polista.

La apuesta para que sea válida tiene que ser absolutamente clara y leal por parte de todos: jugar limpio y atenerse a los resultados. El Polo tiene un antecedente de extraordinario valor en el ejercicio del 2005 cuando Gaviria derrotó a Navarro en la consulta interna y éste, en actitud ejemplar, se puso sin vacilación al servicio del ganador y luego ejerció la Secretaría General en desempeño hasta ahora inigualado.

Lucho Garzón optó por colocarse fuera del Polo argumentado “violencia intrafamiliar” y, sin renunciar a tesis de la izquierda democrática, va a moverse en espacios independientes y de centro. Fallaron tanto el Polo como Lucho porque el partido no tuvo habilidad para mantener en su seno a una figura democrática de primera magnitud y el exalcalde fue incapaz de encontrar la forma de vincularse a la organicidad partidista. Lástima, Lucho es una una opción política en plena vigencia para el país. Hay que dejar abierta la puerta.

Me he formado la idea de que en las circunstancias actuales de la política todo trabajo por sustraer al centro de la derecha es positivo. Esta es la gran novedad que muestra hoy la política colombiana. Ante la situación problemática que han exhibido tanto el polo autoritario que gobierna como el polo democrático que se ofrece como alternativa, ha surgido la posibilidad de que las posiciones de centro tengan liderazgos, propuestas y posibilidades propios. Uribe derechizó el centro y lo vinculó a la estructura de poder dominante, es de esperar que el trabajo de Garzón, Mockus y Fajardo consista en sustraer al centro de la derecha y ponerlo a jugar en función de la institucionalidad democrática del país.

De momento, en el interior y en el exterior, está creciendo el número de opositores a la segunda reelección de Uribe. Desde la izquierda, pasando por el centro hasta lo que podría llamarse derecha institucional y los expresidentes toma fuerza la oposición a la reelección. Sectores importantes del empresariado y la Iglesia Católica también militan en la no reelección. En USA ya no lo quieren tanto. Las distintas aspiraciones presidenciales no deben afectar el frente civil en defensa de la democracia y sus formas republicanas hoy en peligro.

Aclarado el traumático asunto de la reelección, ojalá pronto, ojalá sin referendo, sin más “conflictos del alma”, jugarán las propuestas para darle un nuevo rumbo al país. Aquí es donde los partidos de derecha, centro e izquierda ponen a prueba su papel de orientadores y aglutinantes de la opinión ciudadana. Colombia necesita verdaderos partidos, partidos portadores de verdaderos proyectos políticos. Los auténticos proyectos políticos son colectivos no unipersonales.

En eso el Polo tiene una ventaja enorme. En medio de sus problemas, el Polo madura un proyecto de transformación democrática. El Polo ofrece a Colombia un proyecto de dignidad nacional, civilismo y democracia. Estoy seguro que la contienda Gaviria-Petro, de cara al país, con consulta ciudadana plenamente abierta, comenzará a liberar dentro y fuera del Polo, las energías democráticas latentes en la sociedad colombiana. No tengo duda de que se aproxima el día en que el país nacional constituido en sujeto político triunfará sobre el viejo país político.

lucho_sando@yahoo.es

 

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