Petro y su revocatoria

Columnistas elespectador.com
25 de noviembre de 2012 - 11:50 p. m.

Ante un problema administrativo, el alcalde se resguarda en consideraciones ideológicas al plantear, de nuevo, el debate entre público y privado; pero, en medio de tantos argumentos “filosóficos” ¿Alguien sabe quien recogerá las basuras el 20 de diciembre? Si se sigue equivocando en este asunto, puede prosperar la revocatoria de su mandato, paradójicamente “promovida” por él mismo.

Cuando la ciudad creía que el del servicio de recolección de basuras era un problema superado, se convirtió en punto de honor para la administración distrital. En ninguna encuesta realizada en los últimos años es señalado como un asunto para solucionar, ni ha sido tema de debate esencial en las campañas para alcalde, ni los ciudadanos lo sienten como un lastre comparable al de movilidad, para citar un caso. ¿Porqué razón es tan importante este asunto para un alcalde que tiene gran parte de su presupuesto por ejecutar, que ha patinado con su tranvía por la séptima y el metro, que se demoró tanto en pavimentar 100 metros de vía en la carrera 11 y que no ha podido solucionar un asunto sencillo, como la llegada del Transmilenio al aeropuerto, aunque la Nación le dé la plata?

Puede ser, como lo afirma el alcalde, que las tarifas que se pagan a los operadores del servicio de recolección de basuras sean demasiado costosas para la ciudad. Si ello es así pueden ser renegociadas, los operadores cambiados etc., en todo caso atendiendo los procedimientos y el ordenamiento legal. Para eso, para buscar eficiencia en los recursos públicos, son elegidos los mandatarios. Es una cuestión de administración y de costos y no un problema ideológico.

Sin embargo, a menos de un mes de vencerse las prorrogas con quienes hoy prestan el servicio, la ciudadanía no conoce de que tamaño son los eventuales sobrecostos, los cuales deben tener como referentes, entre otros, las tarifas en otras ciudades, el tamaño de la inversión y la calidad con que se presta. Nada más costoso que un servicio que no existe, pero ese no es el caso de las basuras en Bogotá que, debemos reconocerlo, funciona, cosa que no ocurría en el pasado, cuando estaba a cargo de la EDIS. Nadie sabe, a ciencia cierta, quien recogerá las basuras el próximo mes. A lo mejor el alcalde lo sabe, pero es un secreto bien guardado.

La semana anterior, luego de una visita de la superintendencia de Industria y Comercio, el alcalde se “atrincheró” en la Empresa de Acueducto, denunciando excesos en los procedimientos realizados, en lo que puede, o no, tener razón, buscando ejercer presión mediática contra los eventuales atropellos, en un hecho que no tiene antecedentes. Si el efecto buscado es conseguir atención y ejercer formas de presión, puede fácilmente lograr lo contrario. No parece que la ciudadanía este dispuesta a iniciar una insurrección por un servicio que se presta, hasta ahora, aceptablemente. El argumento según el cual “los operadores ganan mucho” puede ser objeto de negociación, despertar envidias o estimular la competencia, pero no alcanza para una convocatoria popular a su favor. Puede conseguir, en cambio, una, pero en contra.

¿No sería más sencillo reconocer que no ha tenido tiempo para estructurar una nueva licitación en los términos de Ley y de acuerdo al más reciente fallo de la Corte Constitucional? ¿Será que le cuesta demasiado aceptar que la administración se quedó corta frente a los acontecimientos? Por cuenta de ello no nos podemos devolver a las épocas en que el servicio de recolección de basuras era un caos.

El panorama que se observa no es nada claro y se parece más a una aventura que a una decisión planificada y consensuada. ¿No valdría la pena una consulta popular a ver si los ciudadanos quieren “Estatizar” el servicio? Entre otras razones por cuanto, como ocurre en cualquier democracia, cualquier error en este asunto puede terminar con una solicitud para su revocatoria. En una ciudad con cinco millones de posibles votantes, de los cuales 2.3 participaron en la última elección de alcalde, su victoria, con apenas 723000 votos, no parece sustento suficiente.

@herejesyluis

 

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