Polarización, engaño y temor

Ana Milena Muñoz de Gaviria
03 de noviembre de 2016 - 02:00 a. m.

La polarización cada vez más se ha convertido en un denominador común en la política mundial.

Más países se encuentran en un mundo polarizado por el populismo, el engaño, el odio y el temor generalmente promovido por una de las partes. La verdad se tergiversa o prima la mentira. Muchas veces son caudillos o personas que ansían el poder por encima de un verdadero interés general.

Son numerosos los casos: Venezuela es un país polarizado que no logra avanzar, y su caudillo por desgracia lo mantiene con mentiras y engaños en un statu quo deteriorándose cada día más su economía y el bienestar de su gente. Otro caso es España, que solo pudo conformar un gobierno después de dos elecciones con el apoyo de Ciudadanos, dejando por fuera Podemos, el partido que recoge el inconformismo ciudadano.

Colombia, por otra parte, tampoco ha sido ajena a este suceso, tal como se vio en el plebiscito por la paz, en el que salió triunfador el No por un estrecho margen y en el que primaron la tergiversación de la verdad y el temor, que finalmente fueron los verdaderos ganadores, tal como lo anunció el director de la campaña del No.

Recientemente las miradas se han puesto sobre Estados Unidos y su campaña electoral para la Presidencia, en donde se ve un país polarizado tal como lo muestran las encuestas, en las que aparece un empate entre Trump y Hillary. Se observa entonces una polarización extrema infundida por un candidato en el que el engaño y la mentira hacen parte de su esencia humana.

Por supuesto que la campaña ha tenido otros matices, Hillary es una mujer y, tal como lo expuso Obama en un discurso reciente, todavía hay temor de que una mujer sea la presidenta. Adicionalmente, la declaración del FBI sobre la continuación de la investigación de los mails, ocho días antes del día de elecciones, ha afectado negativamente a Hillary, lo que ha sido usado por Trump para manifestar que él tenía razón y que ella es corrupta. Por otra parte, si bien el escándalo de abuso sexual a las mujeres afectó inicialmente a Trump, su capacidad de distorsión y desviación de la verdad ha logrado matizar el impacto y son muchas las mujeres que continúan apoyándolo.

El engaño, el temor y el odio como herramientas de campaña han sido efectivos, pero esperamos que prime la cordura en las próximas elecciones de Estados Unidos y que por ejemplo la reciente caída de la bolsa ante el temor y la incertidumbre de una presidencia de Trump hagn reaccionar al electorado.

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