Supongo que todas las microondas y todas las fly away andan en Venezuela porque poco se ha dicho de lo que pasa en el Chocó.
Hace poco me preguntaban unos extranjeros sobre la importancia que le damos en Colombia a las noticias que llegan del exterior. “Poca, muy poca”, les dije y señalé que con la cantidad abrumadora de cosas que pasan en el país, a veces resulta demasiado complejo hacerle seguimiento a lo que ocurre en otras latitudes.
Basta con ver un noticiero nuestro: las informaciones del mundo se asoman tímidamente, pero muchas veces no dejan de ser informes breves en los que poco se entiende sobre el contexto que envuelve a los hechos que se relatan.
Enseguida, esos mismos extranjeros me interrogaron sobre la televisión que se ve en Colombia. “¿Qué le interesa a los colombianos?”, preguntaron. Les respondí, con miedo a equivocarme, que a la gente de mi país “le gusta ver cualquier cosa que les haga olvidar lo que se vive aqui”.
Lástima que la conversación no haya sido esta semana, tal vez habría tenido el más bello de los ejemplos para ilustrar mi hipótesis.
Mientras que la crisis política en Venezuela ha atraído directores de medios, periodistas de todos los pelambres y ha generado los más coloridos debates; la situación de inseguridad y violencia en el Chocó a duras penas ha dado para sacar un par de notas en el noticiero del medio día.
¡Claro! No es comparable una crisis política y social como la del vecino país a la ya acostumbrada realidad de un departamento echado al olvido desde hace mucho tiempo; sin embargo, no está de más reflexionar sobre nuestras prioridades a la hora de pensar a Colombia.
La indignación en las redes sociales ante lo que ocurre en Venezuela se cuenta a una velocidad de trinos por segundo, mientras que la preocupación por la creciente ola de violencia que azota a Quibdó, donde se multiplican las extorsiones de bandas delincuenciales y en lo corrido del año van 27 homicidios, a duras penas genera reacciones propagandísticas del Uribismo.
No digo que nos olvidemos de Venezuela, pero sí que aprendamos a modular nuestra indignación o a focalizarla bien. Los muertos del Chocó nos hablan de una situación que debe ser atendida por las autoridades colombianas pero que también merece el interés de todos nosotros. ¿O acaso el Chocó solo genera indignación cuando se le trata de “bollo perfumado”, pero no cuando matan a sus habitantes?
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#PreguntaSuelta: ¿Será que Petro hoy sí llena la Plaza de Bolívar?
@colombiascopio