Procorrupción

Yohir Akerman
16 de julio de 2017 - 02:00 a. m.

El 23 de junio de 2017, el agente especial de la DEA Yasmany Cepero firmó una declaración juramentada para el caso que llevan las autoridades de Estados Unidos en contra del exfiscal anticorrupción Luis Gustavo Moreno Rivera y su cómplice, el abogado Leonardo Luis Pinilla Gómez, por conspiración para lavado de dinero.

El documento es una maravilla.

Por un lado deja claro que el exgobernador de Córdoba Alejandro Lyons, identificado en el documento como Cooperating Source (CS), está actualmente negociando con la Fiscalía General de la Nación para declararse culpable de los cargos de corrupción ocurridos durante su administración y, fuera de eso, señalar a los otros implicados en los desfalcos en Córdoba.

Fabuloso.

Por esa razón deben estar temblando los senadores Bernardo “Ñoño” Elías Vidal y Musa Besaile, quienes pusieron a Lyons en la Gobernación y por medio de ello secuestraron los recursos del departamento.

También debe estar sudando frío el actual gobernador Edwin Besaile, parte de la misma maquinaria de la ñoñomanía, no solo porque la Contraloría acaba de publicar que esa administración sigue pagando facturas falsas en el terrible cartel de la hemofilia, sino porque esa macabra actividad empezó en la administración de Lyons.

Dios los hace y ellos se juntan.

Volviendo a la declaración del agente Cepero, la investigación deja claro que la primera vez que Pinilla se acercó a Lyons para indicarle que el fiscal Moreno “estaba dispuesto a usar su posición oficial para obstruir la investigación en su contra a cambio de un pago” fue en noviembre de 2016. (Ver Affidavit in Support of Criminal Complaint Pg. 2).

Es importante recordar que Moreno fue posesionado el 9 de octubre del año pasado, es decir que un mes después de sentarse en su nueva oficina anticorrupción ya estaba tratando de conseguir beneficios económicos corrompiendo el sistema.

En marzo de 2017 hubo una segunda reunión en la que Moreno y Pinilla fueron al apartamento de Lyons en Bogotá y le establecieron que tres otros implicados en su caso habían logrado inmunidad testificando en su contra.

Moreno le ofreció “darle información sobre los testigos, dilatar el caso y entregarle la estrategia con la que la Fiscalía le estaba imputando los 20 delitos, para que su estrategia de defensa lograra ganar el caso”. (Ver Página 2).

Una joya.

Posteriormente, el 26 de abril, Lyons y su esposa viajaron a Miami e inmediatamente contactaron a la DEA y a la Fiscalía General para comentarles de los sobornos que Moreno y Pinilla estaban pidiendo. (Ver Página 3).

Qué llamadita debió ser esa.

Ahí empezó la historia dirigida por la DEA de plantar a Lyons como una carnada y agarrar a los delincuentes en flagrancia, con seguimientos, grabaciones, micrófonos escondidos y entrega de dinero con billetes marcados.

Durante esa operación, según la declaración del agente de la DEA, en un momento tenso de la situación, “Moreno le indicó a Lyons que un alto funcionario del Gobierno colombiano le había contado que el exgobernador estaba trabajando con las autoridades de Estados Unidos”. (Ver Página 5).

Aunque el agente Cepero de la DEA duda que esto sea cierto por la limitada cantidad de personas en Colombia que sabían de esta operación, vale la pena seguir revisando internamente la casa para determinar si existen otros funcionarios que estén, como Moreno, más del lado de los delincuentes que de la honestidad.

Aunque es una vergüenza que esto haya ocurrido, es mejor que hayan pasado solo ocho meses entre ser posesionado y puesto preso, ya que desde la oficina que manejaba se supervisaban temas tan importantes para el país como Odebrecht y Reficar.

Nada más ni nada menos.

Moreno hubiera podido seguir haciendo maravillas tratando de sobornar en esos y otros casos y cuando los agentes de una institución como la Fiscalía pactan con el crimen, la posibilidad de justicia se desaparece.

En este sentido es esencial fortalecer el sistema con el que se elige a este tipo de funcionarios ya que un detector de mentiras y unas recomendaciones de alto nivel han comprobado ser insuficientes.

En el caso de Moreno este llegó a la Fiscalía como cuota del poderoso exmagistrado de la Corte Suprema Leonidas Bustos. Pero sus tentáculos no paraban ahí. En el pasado el concejal liberal Horacio José Serpa, junto con la representante del Centro Democrático María Fernanda Cabal, también hicieron campaña por Moreno en una llave que incluyó a miembros de Cambio Radical.

Es decir que todos con todas estuvieron en algún momento a favor de un corrupto que terminó en la Fiscalía Anticorrupción.

@yohirakerman

akermancolumnista@gmail.com

 

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