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¿Qué es todo esto...?

Hugo Sabogal
08 de enero de 2012 - 01:00 a. m.

Hay accesorios, misteriosos para algunos, que acompañan la experiencia del vino. Sacacorchos, cortacápsulas o bombas de extracción son sólo algunos de estos objetos.

Los presentes de Navidad han venido incorporando, en los últimos años, una variada gama de accesorios para el amante del vino. Por lo general se presentan en atractivos estuches de madera, algunos de ellos marcados con logos corporativos.

Si el obsequio cae en las manos de un aficionado, éste sabrá, sin duda, para qué sirve cada adminículo. Pero si el destinatario reconoce escasamente un sacacorchos, lo más probable es que guarde lo demás en un perdido rincón y jamás lo use.

Es lo que estaba a punto de sucederle a un viejo amigo, quien prefirió no pecar de ignorante y me llamó por teléfono para salir de dudas.

Como sé que muchos pueden estar viviendo la misma situación, he seleccionado algunos de los accesorios más comunes que se incluyen en estas cajas.

1. Cortagotas. Es una especie de anillo que se instala en el cuello de la botella para atrapar las gotas de vino que ruedan hacia abajo después del servicio. Muchos manteles le agradecen su estado a este elemento. Algunos sommeliers prefieren hacer un giro rápido con la mano para evitar el chorreo. Pero es una habilidad que sólo se adquiere con los años. El anillo, hecho de metal, tiene en su interior un forro de felpa que obra como un secante.

2. Cortagotas en forma de lámina metalizada. Este accesorio es ampliamente utilizado por varios restaurantes y hoteles. Puede comprarse en las tiendas especializadas, pero muchos son suministrados por los importadores como una forma de recordar su marca. Su flexibilidad y delgadez permiten enrollarlo y ubicarlo en la boca de la botella para impedir el goteo. Por tratarse de un objeto que entra en contacto con la bebida, los fabricantes deben solicitar la aprobación de las autoridades de salud, pues su elaboración exige materiales de alta calidad para que la capa metalizada no se resquebraje y suelte partículas.

3. Tapón cilíndrico. Es un elemento decorativo que también evita el ingreso de aire en la botella. Se recomienda, principalmente, para los espumosos, pues ayuda a evitar la fuga de gas carbónico y, en consecuencia, la pérdida de burbujas. La parte superior puede mostrar formas que van desde esferas y anillos, hasta pequeñas esculturas de letras o corazones.

4. Termómetro. La temperatura es un factor determinante para el disfrute del vino. El excesivo frío opaca los aromas y sabores. Por el contrario, el calor causa una rápida volatilización del líquido, afectando sus valores olfativos y gustativos. Estos termómetros muestran, por lo general, una escala de 0 a 40 grados centígrados o su equivalente en grados Fahrenheit. En el pasado he comentado que un espumoso debe tomarse a 5º; un blanco, entre 8º y 10º; un rosado, entre 10º y 12º; un tinto joven, entre 14º y 16º, y un tinto robusto, a 18º.

5. Sacacorchos de un tiempo. Son los más comunes. Los hay, también, de dos tiempos. La diferencia radica en la muesca que se coloca sobre la boca de la botella para extraer el corcho. Los de un tiempo tienen una sola muesca, y los de dos tiempos, dos muescas. Prefiero los segundos porque facilitan la acción de descorchado. Aparte del espiral o tirabuzón, casi todos los sacacorchos incluyen una pequeña navaja con la cual se corta la cápsula protectora del corcho.

6. Cortacápsulas. Muchos aficionados prefieren un cortacápsulas independiente, pues el corte es más preciso y el esfuerzo es mínimo. Se emplea exclusivamente para los vinos tranquilos. Los espumosos tienen debajo de la envoltura un bozal de alambre para mantener el corcho en su lugar. Los discos cortantes se arruinarían si se intentara cortar la cápsula de un champán con esta herramienta.

7. Bombas de extracción. La de color negro es una versión más práctica y avanzada que la bomba de extracción de color blanco. La primera contiene, en una sola unidad, la bomba extractora y el tapón. La segunda, además de la unidad con el émbolo, requiere de otra pieza que actúa como sellador. Las bombas extractores permiten sacar la mayor cantidad de aire de la botella, pues el aire oxida el contenido y termina por arruinar la bebida. Todo vino guardado en botella protegida con un aparato de extracción logra mantenerse en buen estado hasta por tres días; eso sí, dependiendo del volumen de líquido sobrante y de la temperatura circundante. El frío o fresco obviamente preserva.

¿Y esto?
He visto algunas cajas de accesorios que incorporan este implemento. En verdad, muy pocos aciertan en explicar su función. El sacacorchos de lengüetas se emplea para abrir botellas con muchos años de guarda. Si han permanecido acostadas, el tapón tendrá un alto grado de humedad y lo más probable es que el uso de un tirabuzón lo haga trizas y contamine el vino con decenas de partículas pequeñas. En cambio, el sacacorchos de lengüetas ingresa por las paredes exteriores del tapón y lo asegura con unos dientes diminutos. El aparato se gira hacia arriba tomándolo de la manija hasta extraer el corcho completamente.

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