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¿Qué pasa en Puerto Gaitán?

Augusto Trujillo Muñoz
27 de junio de 2013 - 11:00 p. m.

El Meta produce más de la mitad del petróleo colombiano y Puerto Gaitán, más de la mitad del petróleo del Meta.

Sin embargo la capital petrolera de Colombia se debate entre la pobreza y el olvido. Sus recursos no le han servido para superar problemas estructurales, propios de muchas de nuestras ciudades pequeñas e intermedias, ni para que el estado central y el país en su conjunto se preocupen por la conflictiva situación que atraviesa desde hace tiempo.

Por supuesto también hay responsabilidades locales. Sus autoridades no parecen tener claridad frente al compromiso que supone el ejercicio de su liderazgo. Cada nivel de gobierno –nacional, seccional y local- tiene su propia agenda, a menudo contradictoria. Las empresas petroleras tienen también la suya –incluso diversa también entre ellas mismas- y su responsabilidad social se diluye entre sus distintas visiones.

En Puerto Gaitán subyace el malestar que producen la desatención y el abandono. Desde hace varios años se vienen presentando bloqueos de vías, protestas indígenas inconformidad de trabajadores y, a todo parecer, a nadie le importa. La gente merece respuestas que vayan más allá del envío de la fuerza pública, que es la primera reacción del gobierno. No debe ser nada cómodo para una policía, como la colombiana, que ha evolucionado a favor de los principios democráticos y de los derechos humanos, verse enfrentada a una misión puramente represiva.

Si en alguna parte puede construirse un modelo de buen gobierno es en Puerto Gaitán. Su problema es paradójico porque no se origina en que tenga pocos recursos sino en que tiene muchos. Alguien podría hablar de la riqueza como maldición. En los últimos años el país ha visto crecer los conflictos sociales en esa región, que debería ser objeto de atención prioritaria por parte del estado.

Sería importante que el gobierno central nombrara un Consejero o un Delegado presidencial permanente que ayude a construir una agenda regional de consenso y  promueva el diálogo social, la concertación, la prospectiva para que las gentes de Puerto Gaitán puedan construir su futuro y no tengan que aceptarlo como venga. Es fundamental el diálogo entre gobierno, empresas y las varias comunidades de la región que, desde hace años, vienen padeciendo violencias endémicas.

Hay que ponerle atención a la provincia. Pero si el gobierno quiere ejercer el centralismo, entonces que lo haga responsablemente: No hay nadie del gobierno central que esté construyendo en Puerto Gaitán una agenda coherente e integradora. Ningún funcionario del estado va de visita, ni siquiera cuando hay crisis. En estos casos suelen llamar Bogotá a sus autoridades en vez de visitarlas en su sede, como sería lo debido.

Cosas como las que han sucedido en el Cauca, como las que ocurrieron el paro cafetero, como las que están sucediendo en el Catatumbo, incluso peores, pueden ocurrir en Puerto Gaitán. Pero también pueden ser evitadas. Gobierno y empresarios deben moverse con rapidez y responsabilidad antes de que sea demasiado tarde. 

*Ex senador, profesor universitario, atm@cidan.net 

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