Referendo contra los niños

Rodrigo Uprimny
28 de abril de 2017 - 11:35 p. m.

La Cámara de Representantes, al decidir si avala o no la convocatoria del referendo sobre adopción impulsado por Viviane Morales, tendrá que analizar si esa reforma realmente protege a los niños, niñas y adolescentes (NNA), como lo sostiene la senadora, o si por el contrario los afecta muy negativamente.

El referendo propone que sólo puedan adoptar parejas heterosexuales, con lo cual prohibiría que lo hagan las parejas del mismo sexo o personas individuales, como los solteros o los viudos. La senadora Morales ha argumentado que esa reforma no se funda en concepciones religiosas, ni pretende discriminar a la comunidad LGBT ni a los solteros o viudos, sino que busca proteger a los NNA que serán adoptados y que tienen derecho a tener la mejor familia posible. Y que muchos estudios científicos han probado que esa familia es la formada por parejas heterosexuales.

El problema es que la senadora no ha presentado esa supuesta evidencia científica pues sus conclusiones se basan en una tergiversación de los pocos estudios que invocó para sustentar su propuesta, como los del siquiatra Kyle Pruett. Esa distorsión fue tan grosera que el propio Pruett expresó su decepción de que la senadora Morales desfigurara sus estudios para oponerse a la adopción por parejas del mismo sexo, cuando su investigación no apoya esa conclusión.

Pero eso no es todo: la senadora Morales ha ignorado todos los numerosos estudios científicos que coinciden en que no hay diferencia significativa en el desarrollo sicosocial de los NNA adoptados por parejas heterosexuales o por parejas del mismo sexo o por solteros o viudos. Que su desarrollo será bueno si los adoptantes son idóneos, sin importar si son parejas heterosexuales, homosexuales o individuos.

La reforma excluye entonces de la posibilidad de adoptar a muchas personas que podrían ser padres o madres competentes simplemente porque no forman una pareja heterosexual. Esto termina siendo contrario a los derechos de los NNA sin familia, que la senadora tanto invoca, pues los priva, sin razón, de la posibilidad de ser eventualmente adoptados por individuos o parejas homosexuales competentes. Un resultado inmoral si recordamos que en Colombia hay más de 5.000 NNA que ninguna pareja heterosexual ha querido adoptar y que este referendo los despojaría de la posibilidad de encontrar un hogar en parejas del mismo sexo o individuos que quieran adoptarlos.

Este referendo no es entonces a favor, sino en contra de los niños. Ojalá la Cámara entre en razón y archive esta iniciativa, que dicho sea de paso, costaría $280.000 millones. Unos recursos muy cuantiosos que podrían ser invertidos en cosas útiles y no promoviendo un referendo que va en contra de los NNA y que además tiene un mensaje profundamente discriminatorio: está diciendo que son de segunda todas las familias formadas por parejas del mismo sexo, o todos los hogares monoparentales, que siguen creciendo, según datos de la última encuesta de demografía y salud. ¿Qué pensarán de este mensaje las madres cabeza de familia que han logrado, con tantos esfuerzos, criar a sus hijos?

* Investigador de Dejusticia y profesor de la Universidad Nacional.

 

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