Religión y evolución

Hernán González Rodríguez
01 de enero de 2015 - 10:13 p. m.

A los estudiosos de todas las disciplinas del conocimiento humano les ha llamado siempre la atención la religiosidad de los seres humanos, la cual ha estado presente en ellos en forma simultánea y en apartados lugares del planeta, desde hace no menos de 400 mil años.

La primera evidencia de la mentalidad religiosa aparece en las tumbas. Las sepulturas revelan la existencia de una conciencia sobre una posible vida después de la muerte. Prueba muy significativa la aportan los artículos en los sepulcros, puestos allí para el viaje del fallecido hacia una existencia que trasciende la vida diaria.

Entiendo que las primeras tumbas descubiertas de los seres humanos modernos se encuentran en Israel, en Qafzeh, y datan de hace 100 mil años. El fenómeno universal de las prácticas y los símbolos religiosos tan solo aparece hace unos 50 mil años, a la par con el desarrollo de una capacidad para el pensamiento abstracto y la imaginación para elaborar ideas religiosas.

No existe acuerdo sobre las razones para explicar el surgimiento universal de las ideas religiosas. Pero se considera que algo incidió en ello la supervivencia del grupo para defenderse de los vecinos, para cazar, para resolver los conflictos, para tolerar el pensamiento de otros y para establecer y respetar las reglas del grupo –los diez mandamientos de Moisés.

Como resultado de lo anterior aparecieron las jerarquías civiles, religiosas, los guerreros, los ciudadanos, las monarquías y las democracias. Todas las religiones alaban la fertilidad con símbolos y rituales. No pocas de ellas promovieron y todavía promueven la fertilidad, tanto para defenderse de los invasores como para ser ellos mismo los que invaden –Estado Islámico.

En la Biblia, Jehová castigó a Onán con la muerte, por sus actos sexuales con fines no procreacionales, con su cuñada viuda Tamar, lo cual se interpreta como una promoción divina de la fertilidad. Si mal no recuerdo, los evangelios de Jesús, con su infinita sabiduría, no menciona la fecundidad. Sospecho que las enseñanzas de la Iglesia Católica al respecto se rigen aún hoy por las interpretaciones circunstanciales de los Padres de la Iglesia sobre los conflictos de sus tiempos.

Buena parte de la miseria existente en no pocos países del mundo se debe a la imposibilidad de las sociedades para alimentar, educar y darles empleos a mujeres con cinco y más hijos de diferentes padres y no deseados. Para participar en la solución de esta tragedia, numerosos católicos esperamos hoy que el papa Francisco aborde el tema de la racionalización de la natalidad con ideas diferentes a las de los pueblos primitivos.

Las religiones siguen evolucionando. Por ejemplo, no sé si sea cierto que Jesús dijo: “Más fácil pasa un camello por el ojo de una aguja que un rico entrar en el reino de los cielos”. Poco después explicaron que Jesús se refería a un estrecho paso por las murallas de Jerusalén por donde sí podía pasar el camello con alguna dificultad. Hoy no se les niega el cielo a los ricos que crean empleo digno y que tributan. Cobrar intereses razonables sobre los préstamos era pecado, hoy es aceptado.

No se puede perder de vista que cerca del 95% de la población de Latinoamérica a mediados del siglo pasado figuraba como católica. Hoy ya no pasan estos del 75% y de continuar este deceso muy pronto se cruzará el 60%. ¿Por cuáles razones? 

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