Notas de Buhardilla

Respuesta a un general soberbio y cínico

Ramiro Bejarano Guzmán
04 de junio de 2017 - 07:22 a. m.

El subdirector de la Policía, general Ricardo Alberto Restrepo Londoño, ha puesto a circular en las redes sociales una carta dirigida al director de este periódico en la que en tono amenazante pretendió pronunciarse sobre mi columna de la semana pasada, en la que revelé que él, siendo comandante de la Policía en el Valle del Cauca, toleró que el sujeto Jorge Luis Henao Arango, condenado por narcotráfico en Panamá y por abuso de menores en Colombia, fuera “coordinador de la Red de Apoyo para la Policía Nacional, cuando me desempeñé como comandante del Departamento de Policía, Valle del Cauca, para los años 2007-2008 y enero 2009; se caracterizaba por ser un líder comunitario y realizaba algunas coordinaciones cívico-policiales en la ciudad de Buga”.

El enardecido general Restrepo entrega en su airada comunicación una respuesta que lo muestra tan iracundo como desleal. En efecto, la coartada que hoy invoca este oficial para justificar sus relaciones con tan indeseable e impresentable sujeto, es que cuando lo conoció en 2007 y 2009 “el señor ya hacía parte de la Red de Apoyo de la Policía Nacional en Buga” y que por eso “no me corresponde dudar de la verificación de antecedentes hecha, previa a mi llegada, a quienes ya trabajan con la Red”. Es decir, el general Restrepo escuda su falta de diligencia, por decir lo menos, en la culpa de sus antecesores, que se cuida de no mencionar, a quienes les atribuye el error de haber tolerado que alguien con semejantes antecedentes penales ejerciera actividades cívico-policiales.

La explicación del general Restrepo es inadmisible. No solamente no constató con quienes se relacionó mientras fue comandante en el Valle del Cauca, donde era él el único que no sabía de los antecedentes de Jorge Luis Henao Arango, sino que en los tres años que permaneció en esa región nunca se enteró de lo que es vox populi allá desde hace muchos años.

Entre los antecesores de Restrepo en la comandancia de la Policía Nacional en el Valle del Cauca se encuentra otro general, ese sí, a salvo de cualquier sospecha, Óscar Naranjo, hoy vicepresidente de la República. Sería a él a quien se refería Restrepo como las personas que habían realizado la verificación de antecedentes de Henao Arango, que en todo caso él nunca hizo durante los tres años de su nefasto mandato como comandante de la Policía en el Valle del Cauca.

El general Restrepo no pudo llamarme mentiroso en su encendida carta, porque sabe que lo que revelé en mi columna anterior simplemente refleja lo que él me informó al responder, por cierto tardíamente, un derecho de petición que hube de formularle. En efecto, el segundo hombre de la Policía se duele sin razón de que no hubiese publicado completamente su respuesta a mi derecho de petición, lo que no aporta nada diferente de lo divulgado, porque ni él me indicó que eran otros los responsables de no verificar antecedentes de un individuo tan penalmente visible como Henao Arango, y además porque lo que inserté en mi columna reflejó fielmente el sentido de su respuesta. Anda extraviado el general Restrepo, pues debería estar furioso no conmigo sino con quien, como Jorge Luis Henao Arango, se ufana de seguir siendo su amigo.

Lo que dije en mi columna anterior lo reitero hoy, a pesar de conocer la carta del subdirector de la Policía Nacional, la cual confirma mi preocupación. En manos de quién estamos, si el segundo hombre de la Policía supuestamente no se dio cuenta durante tres años mientras vivió en el Valle del Cauca de que andaba rodeado de un condenado por bandido, y hoy cuando es descubierto, en un acto que muestra su precaria condición humana y deslealtad con la Institución a la que dice haber servido por 37 años, atribuye la responsabilidad de su falta a quienes antes de él ejercían las mismas funciones que él no honró.

Va a resultar muy interesante revisar todas las relaciones que el general Restrepo cultivó mientras fue comandante de la Policía en mi tierra. Veremos si aparece uno que otro narco y si debe vestirse de civil, como yo lo creo.

Adenda. Hace bien Piedad Córdoba en llevar a juicio penal al bocón e irresponsable de Alejandro Ordóñez para que responda por sus injurias y calumnias.

notasdebuhardilla@hotmail.com

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