Frente al Museo Nacional, cocina autóctona para diversos gustos que incorpora ingredientes utilizados en otras regiones aunque poco conocidos en la capital. Ingredientes de ascendencia indígena, hispana, afro o mestiza que forman parte de la rica y diversa cultura gastronómica colombiana.
Dos aperitivos ensoñadores y con plena identidad. Un licor artesanal con el nombre de tomaseca la especial, una bebida natural y tradicional de la costa del Pacífico, a base de guarapo de caña, miel, nuez moscada, clavo de olor, canela y anís, con una carga alcohólica de 20% y proveniente de Guapi (Cauca). Y un dry martini de chontaduro, un sorbete cremoso para gozarse cada sorbo.
Tres caldos, el de indios de camarón tigre con jugo de coco y ajo; el aromático con los quisbones —masas— de choclo y cerdo, y también el caldo de costilla con fideos hierbas y tubérculos. Todos rebosantes en sabor y aromas, y cada uno suficiente para un almuerzo o cena frugal.
El arroz con coco al wok, con vegetales y cerdo agridulce, es una creación asiático- costeña sin pretensiones y muy buena. Un ceviche de pescado con crema ácida de coco y amasijos dulces de yuca resultó estupendo, y el amasijo espectacular. A la corvina infusionada y con hierbas de azotea y arroz con titoté quizás le falta más contundencia en el sabor.
La panceta de cerdo dorada y glaseada con tucupí, encamada en un puré de yuca y farofa de ajo. El tucupí, un picante esencial en la alimentación de las tribus de la selva amazónica, de color muy oscuro, hecho a base de ají molido, hormigas arrieras y extracto de yuca.
Interesante y muy bueno el pan de chontaduro. Me habría gustado con mayor carga de esta maravilla, pues soy fan de esta fruta dorada tan abundante en minerales y proteínas.
La oferta de amasijos de pipián, de plátano, de maíz y de yuca, es realmente de enaltecer, pues la palabra amasijo ya sólo existe en los recuerdos de nuestros abuelos.
El más fuerte aplauso lo merecen Ocio y su chef, Álex Salgado, por el uso de ingredientes frescos orgánicos, por brindar en esta ciudad la oportunidad de saborear elementos autóctonos de otras regiones, y con preparaciones gustosas e impecables. Cada plato viene exaltado con una nube de aromas y un mar de sabores frescos, yerbas y esencias naturales.