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Revocatoria favorece al Alcalde Petro

Uriel Ortiz Soto
07 de enero de 2014 - 11:00 p. m.

El linchamiento moral y político que se le quiere dar al Alcalde Gustavo Petro, es un acto tan vergonzoso y cobarde que internacionalmente nos están viendo como un País de parias.

Como muy posiblemente la sanción impuesta por el Procurador, al Alcalde Petro, entre en una etapa de suspensión, que puede ser emitida por: La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, (CIDH), o por el Señor Fiscal General de la Nación, que se encuentra investigando todas las irregularidades que se cometieron para sancionarlo, sus enemigos no descansan para promover la Revocatoria que ya fue fijada por la Registradora Nacional del Estado Civil, para el 2 de marzo del año en curso.

Es muy fácil predecirlo, en esta fecha la razón y la lógica se, impondrán frente a una minúscula jauría, que a toda costa y en forma vergonzosa quieren rescatar el poder de la ciudad de Bogotá, para continuar delinquiendo y satisfacer sus egos politiqueros y clientelistas.

Menos mal que los Bogotanos son una comunidad de gentes cultas y con madurez política, que frente a todos los acontecimientos que se han venido presentando, no se dejarán llevar por los despeñaderos de la manipulación y el engaño, esto quedó demostrado con el abrumador plebiscito de respaldo que recibió el Alcalde en la Plaza de Bolívar, y por todos los medios de comunicación del País, cuando el Procurador Alejandro Ordoñez, haciendo alarde de poder moral y omnipotencia jurídica, lo destituyó e inhabilitó para ejercer funciones públicas por quince años.

Pocas veces se había presentado en la historia política y administrativa de Colombia, que a un funcionario de elección popular, se le montarán dos procesos con tanta intensidad al mismo tiempo: el disciplinario que ya cumplió su cometido y el de la Revocatoria. Considero que desde todo punto de vista,  esta encerrona puede tener visos de ilegalidad por violación a los más elementales Derechos Humanos de los Bogotanos, puesto que se nos está violando el derecho a vivir en una ciudad tranquila, lejos del terrorismo político y presunciones de ilegalidad.

Es apenas lógico que los inversionistas tanto nacionales como extranjeros, en los actuales momentos, no se atreven a tomar decisiones empresariales, puesto que no saben que vaya a pasar en el inmediato futuro, con una ciudad llena de incertidumbres propiciada precisamente por quienes a toda costa, quieren manipularla y moldearla a su acomodo, para satisfacer sus intereses politiqueros y personalistas.  

Pero, lo más grave, es que los mencionados procesos contra el Alcalde Petro, fueron montados sobre un carrusel de mentiras, desaciertos y tremendismos, que al ser investigados con rigurosidad y seriedad, no corresponden a la verdad jurídica, son cientos los ciudadanos y organizaciones, que estarían dispuestos a testificar sobre las tantas falencias y falsedades que reposan en los expedientes.  

Si escudriñamos el caso de las basuras al cual se refiere el Procurador Ordoñez, y que fue la base fundamental para imponer tan inocua sanción, nos damos cuenta que guardadas proporciones entre la verdad y la falta, es como el de una pulga dominando a un elefante.

Para el País en su gran mayoría, es claro que el Procurador Alejandro Ordoñez, se ensañó en su víctima, y que el equilibrio de la balanza entre el moralismo y la justicia, quedó totalmente desequilibrada, prevaleciendo los principios del fundamentalismo, que analizados con criterio razonable, no resisten la más mínima evaluación de tipo legal, puesto que todo se diluye en los resquicios de los acervos probatorios.

Valdría la pena que los Bogotanos que por estos días previos a las elecciones de revocatoria, van a ser tentados por los enemigos del Alcalde Petro, para que voten en su contra, analizaran con verdadero juicio sin perder la sindéresis de lo justo, lo que ha sido el Gobierno Distrital en los últimos dos años: basta analizar con verdadero sentido de causa el programa de Bogotá Humana, que está considerado como un verdadero programa revolucionario de cultura ciudadana, para la generación de empleo, que en el último año ha logrado implementarse industrial y comercialmente, también, la tasa de homicidios en el último año ha bajado, y en el mes de diciembre que acaba de terminar, la tranquilidad de los Bogotanos puede calificarse con un alto grado de profesionalismo por parte de las Autoridades Policiales.

No olvidemos que de producirse la Revocatoria en contra del Alcalde Petro, la ciudad Capital, patrimonio de todos los Colombianos, entrará en un tire y afloje por el poder de los diferentes grupos y movimientos políticos, que promoverán sus candidatos, puesto que los 14.7 billones de pesos que es el presupuesto Distrital para el 2014, será más que suficiente para construir otro vergonzoso carrusel muy superior al de los Nule.

No se justifica que a un Alcalde que a atacado a los corruptos y la corrupción con nombres propio, se le quiera relevar de su cargo, simplemente porque ha dicho la verdad. Hasta la fecha nadie puede endilgarle al Alcalde Gustavo Petro Urrego, que se ha robado un peso de la Administración Distrital.

¿Se alcanzará a imaginar Usted, querido ciudadano, lo que puede ocurrir en la Administración Distrital, donde la revocatoria no favorezca al Alcalde Petro? Puede estar absolutamente seguro que el remedio resultaría peor que la enfermedad. Bogotá, entrará en un caos administrativo y los corruptos y chanchulleros aprovecharán para pescar en río revuelto.

En conclusión: el 2 de marzo digámosle No a la revocatoria del Alcalde Petro, no nos prestemos para juegos politiqueros y mezquinos. 

urielos@telmex.net.co

 

 

 

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