Revocatoria, un mal negocio

Otro mal negocio donde se van a meter los bogotanos. Ya lo hicieron al permitir su elección, cuando su sensata opinión cometió la insensatez de dividirse y por el medio se metió Petro, quien con una mediana votación llegó al Palacio Liévano.

Se les debe agradecer a Mockus y a la infatigable Ginna Parody, quienes le allanaron el camino al poder de uno de los cargos más apetecidos como es el de la Alcaldía de Bogotá.

Eso de lograr la revocatoria no es nada fácil, primero hay que llegar a un umbral y para el caso deben llenar las urnas con un poco más de 1 millón doscientos mil votos; esa es la parte difícil, porque será fácil lograr la mayoría afirmativa de los votos que se escruten. Debemos recordar que Uribe con todo su prestigio no logró llegar a los umbrales requeridos en el referendo que se propuso.

Sabemos igualmente que nuestro jugador de póker, el señor Juan Manuel Santos, poco interés tiene en meterse en este berenjenal, cuando está más interesado en su reelección que en cualquier pleito regional. La Parody está más ocupada en su burocracia que en la política.

¿Por qué digo que los bogotanos harán un mal negocio? Porque no lograrán revocar el mandato de Petro y él saldrá reencauchado para seguir en su aspiración presidencial futura. Ya la opinión se había percatado que ser un buen parlamentario no necesariamente lo lleva a ser un buen administrador, más, donde la terquedad y la soberbia son malas consejeras. De otra parte, la opinión bogotana tiene ya un Inri, porque no movió un dedo mientras se robaron al Distrito en la administración anterior, pasaron de agache y ahora se destapó la olla podrida de contratistas, políticos y demás. Estaban saqueando las arcas de los bogotanos bajo la mirada cómplice de muchos.

Después de este escarceo generado por el doctor Gómez vamos a tener un Petro para largo, puede que se pellizque y no siga haciendo torpezas para detener el crecimiento de la ciudad capital. Estoy seguro de que en esta polarización que andamos por la mitad pasará la izquierda al Palacio de Nariño.

Luis Ernesto Ruiz Cardoso (*)

Arquitecto, columnista
de ‘Vanguardia Liberal’.