Sabia decisión

Indalecio Dangond B.
29 de agosto de 2014 - 10:08 p. m.

Hace unos años tuve la oportunidad de experimentar muy de cerca un ejemplo de trabajo en equipo desarrollado por personas con alto grado de compromiso y lealtad institucional provenientes de tres instituciones diferentes: Gobierno Nacional, organismo de cooperación internacional y la empresa privada.

El proyecto piloto de este equipo interinstitucional se desarrolló con un grupo de pequeños campesinos beneficiarios de reforma agraria de la zona rural del municipio de Tibú (Norte de Santander), que por no contar con servicio de asistencia técnica, transferencia de tecnología, acceso al crédito y un contrato de compra de sus productos se vieron obligados a cultivar coca, que les dejaba un ingreso promedio de 800 mil de pesos mensuales por hectárea.

El trabajo conjunto de las tres entidades (USAID, Acción Social y Hacienda Las Flores) permitió que entre los años 2004 y 2010, unas 940 familias campesinas sustituyeran sus cultivos ilícitos por 17.000 hectáreas de palma de aceite. Para que tengan un referente, un núcleo de 12 hectáreas genera ingresos superiores a los 24 millones de pesos al año por familia, sin incluir las ganancias que reciben por la participación accionaria que tienen en la planta extractora de aceite.

El modelo utilizado fue el de las alianzas estratégicas, que en los subsectores del caucho, cacao, tabaco y frutales, fue igualmente exitoso. Y hablo en pasado, porque con la reducción de los incentivos y la exagerada tramitología impuesta al acceso y control de los créditos asociativos en el pasado cuatrienio, el modelo dejó de ser atractivo. Por culpa de esta desacertadas decisiones del ex ministro de agricultura Juan Camilo Restrepo y su equipo de teóricos, las alianzas estratégicas prácticamente desaparecieron del país. Las que se inventaron con unos alcaldes y ONGs, han sido un total fracaso.

Pues esta semana, el nuevo ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Aurelio Iragorri, anunció que su estrategia de trabajo para lograr la meta del Gobierno Nacional de transformar el campo será de la mano con los gremios de la producción, los empresarios y las familias campesinas. Estamos completamente convencidos que este trabajo conjunto mejorará las condiciones de acceso de los jóvenes al ejercicio de la actividad agropecuaria, su capacitación y formación profesional, y en general, la competitividad del sector agropecuario colombiano. Sabia decisión.

Decía Abraham Lincoln: “No se puede fortalecer el débil debilitando al fuerte, no se puede ayudar a los pequeños aplastando a los grandes, no se puede ayudar a los hombres realizando por ellos permanentemente, lo que ellos pueden y deben hacer por si mismos”.

 

En el tintero:

1) Con la escogencia de David Barguil como presidente del Partido Conservador, ya podremos regresar a casa.

2) La clase dirigente y política de Nariño si saben para que sirven las regalías del carbón del Cesar y la Guajira. Esta semana lograron que el Gobierno Nacional les aprobara un Conpes para el desarrollo del sector agropecuario del Departamento que contempla inversiones por valor de 1.6 billones de pesos. Los nuestros, se las gastan en ladrillo, cemento y concreto.

3) Apoyo total al debate político de anexar al Distrito de Barranquilla los municipios de Puerto Colombia, Tubará, Galapa, Malambo y Soledad. Seria lo mas conveniente para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

@indadangond

 

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