¿Se apaga Electricaribe?

Cristo García Tapia
23 de marzo de 2017 - 04:00 a. m.

Porque la Superintendencia de Servicios Públicos, ¡por fin!, tomó la decisión de liquidarla, Electricaribe apagará sus turbinas en la Costa.

Si es que tal resolución es conminativa y la monarquía española no da en sitiar con su flota naval Cartagena de Indias, debieron pasar 17 años de humillantes abusos contra los costeños de la Región Caribe, consentidos y coadyuvados por sucesivos gobiernos, ministros y superintendentes, para que a este enclave se le exigiera responder por lo que estaba obligado a hacer con oportunidad, eficiencia y calidad.

Debe saberse que cuánto en su momento se negoció con Unión Fenosa, posteriormente Gas Natural Fenosa, GNF, no fue solo la compraventa del servicio de energía eléctrica, significó también la entrega a esa transnacional, sin contraprestación de ninguna especie, de toda la infraestructura del sector de propiedad de la nación en la Región Caribe, cuya valuación superaba el capital invertido para la explotación, y expoliación, de un sector clave de nuestra economía por un inversionista al que todo se le daba sin regateo.

Y todo fueron redes, estaciones, subestaciones, termoeléctricas, edificios, terrenos, servidumbres, subsidios y  lo más significativo y rentable: un mercado cautivo que para entonces representaba dos millones de usuarios, a los cuales de forma inmediata se les elevó la tarifa y se les mermó la eficiencia  y calidad de un servicio que cuando era de naturaleza  publica estuvo a la altura de los estándares exigidos.

Aunque ineludible, no soy de los que esté convencido de que con la liquidación de Electricaribe va a venir, como creen los barranquilleros, la solución de la crisis de energía en la región, puesto que la problemática no se circunscribe solo a los malos manejos financieros que aduce aquella y ratifica el Gobierno, pues esta fue una entre tantas de las fallas que comprobó el organismo liquidador para proceder conforme se estaba demandando de tiempo atrás.

En grado sumo, es la comprobada precariedad técnica y deficiencias insubsanables en el presente inmediato  que muestra en su conjunto el sistema eléctrico operado por dicha empresa, la razón determinante por la cual no hay solución a la vista para un problema que lo requiere in situ.

Como a lo largo de su usufructo a título gratuito Electricaribe no invirtió un solo peso de su patrimonio en el mantenimiento y reposición de la infraestructura, redes y equipos regalados por el Estado, la vida útil de estos  llegó a su término y sobrepasó, hasta agotarse o fundirse, los tiempos de uso estipulados por el fabricante con la consecuente y gravísima  afectación de la calidad del servicio eléctrico debida a sus usuarios.

Si como afirma el actual ministro de Minas, desde 2009 el Gobierno, ministerio del ramo, las superintendencias de Servicios Públicos  y de Industria y Comercio, sabían de la gravedad de los indicadores de gestión y de los “malos manejos” de Gas Natural Fenosa, GNF, y de cuanto esa mala gestión estaba afectando la calidad, oportunidad y eficiencia  en la prestación del servicio de energía eléctrica a los pendejos de la Costa, no deja de asombrar la “discreción” guardada allá arriba.

E inaceptable que nunca se hayan dado por aludidos o intervenido de oficio para corregir, denunciar o desfacer el negociado que era ya Electricaribe con sus redes, esas sí altamente eficientes, para transmitir recursos del Estado, vía Plan 5 Caribe,  a su negocio insolvente.

A propósito, sería pertinente que el señor Sojo, gerente del P5 Caribe, mechón en mano alumbrará a sus paisanos de la Costa acerca del incumplimiento del compromiso de aquel de responder por un “paquete de cinco medidas que optimizará el servicio de energía eléctrica en el Caribe colombiano”

En tanto el rey de España no desaprovechó oportunidad, y hasta visitas hizo a Colombia so pretexto de la paz, para velar por la rentabilidad y seguridad leonina de la inversión de GNF en aquesta heredad ultramarina, nuestro Gobierno se apresta a aparejar la marinería que zarpará con el millar y un ciento de millones de euros de indemnización abastecidos por la hacienda pública para paliar a Electricaribe, por “fraudes e impagos” de la indiada, los perjuicios recibidos por alumbrar a medias esta tierra de infieles desagradecidos y malas pagas.

Ni Vargas, que podía y debía averiguarlo, nunca se le vio menear el tema, por andar ocupado en los menesteres no menos importantes de las casas gratis sin luz.

*Poeta

@CristogarciaTap

 

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