Se hunde la economía

Eduardo Sarmiento
21 de julio de 2012 - 01:37 p. m.

Cómo se puede explicar que el Banco de la Republica y el ministro de Hacienda hayan anticipado que la economía crecería 6% y ahora aparece que estará cerca de 3%.

¿Cómo es posible que eleven la tasa de interés, y luego con la información de las mismas fechas que se publican con un retraso de tres meses se adopte la medida apuesta? Simplemente, las proyecciones y las decisiones están basadas en teorías fracasadas que no corresponden a la realidad.

El país esta montado en una burbuja inducida por la elevada rentabilidad de las actividades mineras. La entrada de inversión extranjera revalúa el tipo de cambio que induce a ampliar el crédito para que las divisas sean empleadas para adquirir los bienes industriales y agrícolas a menores precios en el exterior. Se configuró una economía donde la producción realizada en la minería y el consumo se adquiere en el exterior. Semejante perfil no era sostenible. Ni la revaluación, ni los precios de la vivienda, ni el crédito podían crecer indefinidamente.

Desde luego, el resultado fue adelantado por los desaciertos de política económica y la crisis mundial. La baja de los aranceles acentuó los efectos de la revaluación, al tiempo que el alza de la tasa de interés y la reducción del gasto en infraestructura acentuaron el debilitamiento de la demanda. Por otra parte, el agravamiento de las condiciones mundiales se manifestó por la vía de la cotización de las bolsas, la contracción de las exportaciones industriales y el descenso de los precios de los productos básicos.

La economía ha entrado en un estado en que cada cifra es peor que la anterior. Las caídas de la industria, la agricultura, la construcción y el comercio se han amplificado y las exportaciones y las importaciones registran rápidos descensos. Lo más grave es que el deterioro de la actividad tiende a reflejarse en el sector financiero. Los bancos recortan el financiamiento y el público se resiste a recibir los préstamos.

¿Cual será la respuesta del gobierno ante el estado generalizado de índices negativos? A finales del año pasado en el primer trimestre las autoridades económicas elevaron la tasa de interés para regular el crédito y frenar el alza de los precios de la vivienda; ahora, con base en el deterioro de la economía en ese período procederán a reducirlas.

En un momento se sube la tasa de interés para evitar el aumento del crédito, el deterioro de la cartera y la elevación de los precios de los activos, y en otros se baja para evitar la caída de la producción. Más que una política anticíclica, como la denomina el Banco de la República, se trata de la incoherencia científica de buscar dos objetivos con un instrumento. Algo así como matar dos pájaros de un solo tiro.

La solución no es inflar la burbuja aumentando el crédito para ampliar las compras externas de bienes industriales y agrícolas, sino reducir el déficit en cuenta corriente para que esos bienes se elaboren en el país. El propósito solo se puede lograr cambiando el modelo de minería, que propicia la entrada masiva de divisas y la revaluación y tiene como contraparte el disparo del crédito.

Lo primero es limitar la entrada de inversión extranjera, reducir los estímulos a la minería y a la repatriación de capitales, intervenir sin límites monetarios en el mercado cambiario para revertir la revaluación y reorientar el crédito de consumo a la producción. Adicionalmente, se requiere una política selectiva para estimular la producción industrial agrícola y el empleo formal.

Un manejo de esta naturaleza se vería seriamente interferido por los TLC, que proscriben el control de capitales y las políticas selectivas, y tendría serias resistencias en la ortodoxia. Tan solo se adoptaría en momentos de severa crisis. 

 

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