Sí a una propuesta, no a una actitud

Cartas de los lectores
28 de septiembre de 2016 - 09:00 p. m.

Sí a una propuesta, no a una actitud

Con respecto al instante decisorio en el que estamos, la negociación con las Farc, no pretendo hacer cambiar de opinión a nadie, esa es una decisión personal que cada quien tomará dependiendo de las experiencias vividas con ese grupo y con la violencia generalizad, intrínseca en nuestro país; pero sí quisiera recalcar que este ha sido un momento histórico esperado y anhelado por muchos, que como yo, no siendo campesino raso, pero que como agricultor y agrónomo he vivido y padecido en innumerables circunstancias la inseguridad, donde mi vida ha estado en riesgo, tanto por grupos guerrilleros como paramilitares, delincuencia común y hasta por autoridades corruptas, que pescan en ese río revuelto que genera tanta violencia.

Por esto, al enfrentar este dilema ético y moral, sobre por qué condonar o perdonar a delincuentes y antisociales, puedo concluir, sin temor a equivocarme, que la oportunidad que se nos presenta es única, ya que no tiene sentido entrar a cuestionar la poca justicia de ese acuerdo hacia los afectados por la violencia generalizada, como argumento para decirle no al proyecto de paz con ellos, cuando nuestro aparato judicial no funciona para nadie, es inoperante y aberrante, se menciona más del 90 % de impunidad, que siendo así, el asunto de retirar del escenario de violencia a este grupo, que dicen ha representado más del 10 % de ese total, va a permitir identificar y señalar a los otros responsables directos, que entre tanta bellaquería se camuflan o se visten de legales, empezando por los partidos políticos y sus dirigentes.

Por eso está muy bien que les enrostremos y les indiquemos a este grupo todos los errores y horrores que ocasionaron, al decidir en su momento utilizar la violencia y la muerte como herramienta para convencer, educar o de defensa, comportamiento que en la humanidad siempre ha desencadenado las mismas reacciones de desasosiego y descontrol en las sociedades que las viven, generando personas melindrosas e inseguras de sí mismas, como nosotros, que después de tanto tiempo inmersos en ella, le tenemos miedo a conocer vivir en paz.

Si no entendemos o no somos capaces de vislumbrar este instante como un punto de quiebre de nuestra historia, pues estaremos permitiendo, aceptando y condenando quién sabe a cuántos años más de violencia y muerte a una parte importante de nuestros habitantes que la padecen y la utilizan como el argumento principal, que es lo que venimos haciendo sin control desde nuestra fundación como Nación.

Octavio Cruz González.

 

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